Ayer, durante parte de la sesión, la política fue la protagonista de los mercados tras la noticia de que el presidente de Estados Unidos trataba de despedir al presidente de la Reserva Federal, y que posteriormente fue negada por Trump, aunque señaló que “no se puede descartar nada” en el marco de una investigación sobre el sobrecoste de un proyecto de renovación de la sede de la FED. En lo económico, la inflación sigue marcando el pulso, y ayer en Estados Unidos, se publicó que los precios al productor se mantuvieron sin cambios en junio, con un equilibrio entre el encarecimiento de bienes importados debido a los aranceles y la debilidad del sector servicios. Pese a esta sorpresa a la baja, la inflación subyacente del PCE continúa en el 2,8 %, lo que limita las opciones de un recorte de tipos este mes. La Reserva Federal mantiene un tono prudente, pendiente de nuevas señales en precios y empleo para definir sus próximos pasos.
Por otro lado, en Reino Unido, el repunte inesperado del IPC hasta el 3,6 % interanual ha enfriado las expectativas de un ciclo rápido de bajadas, aunque el mercado aún anticipa una bajada en la reunión del BoE el 7 de agosto. El alza de carburantes, transporte y alimentación refuerza la idea de un enfoque gradual por parte del Banco de Inglaterra, que sigue vigilando la evolución de la actividad económica y del mercado laboral para calibrar sus medidas. Mientras tanto, en la eurozona se acentúan las tensiones comerciales con Estados Unidos. La Comisión Europea estudia contramedidas ante la posibilidad de nuevas tarifas, en un contexto en el que varias empresas advierten de riesgos para la inversión y la estabilidad económica.