Las tensiones comerciales ahora dejan paso a otro de los asuntos que más preocupa a los mercados, el Brexit. Ayer, la primera ministra británica tomaba la decisión de posponer la votación parlamentaria sobre su acuerdo de salida del Reino Unido de la UE, tras admitir que la votación daría como resultado un rechazo al acuerdo por un margen significativo. La decisión abre un abanico de posibles escenarios que van desde un Brexit desordenado sin acuerdo a otro referéndum sobre la pertenencia a la UE. El mismo puesto de la primera ministra podría estar en peligro, en medio de las peticiones de los partidos opositores para que dimita. May aseguró que su intención sigue siendo presentar su acuerdo a los legisladores, aunque dijo que pedirá primero a la UE más garantías sobre el principal punto de fricción: el establecimiento de garantías de que no habrá una frontera dura con Irlanda, que según sus críticos significa que Reino Unido podría terminar estando sujeta de forma indefinida a las reglas de la UE tras su salida. De cualquier forma el Brexit entra en un terreno difícil y desconocido que sin duda va a generar mayor volatilidad en los mercados. No está claro que los otros miembros de la UE acepten cambios que puedan convencer a los opositores de la primera ministra británica para que apoyen el acuerdo. Una portavoz de la Comisión Europea, remitiendo a la posición expresada por su presidente declaraba ayer que no habrá renegociaciones, “tenemos un acuerdo sobre la mesa”. La decisión de cancelar la votación se conoció horas después de que el Tribunal de Justicia de la UE dictaminara que Reino Unido puede revocar de forma unilateral su decisión de salir de la UE el 29 de marzo.
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