La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha optado por mantener los tipos de interés por quinta vez consecutiva, situándolos en el rango del 4,25% al 4,50%.
La decisión responde principalmente a las preocupaciones derivadas de la guerra arancelaria impulsada por el presidente estadounidense, Donald Trump, que podría desencadenar un aumento de la inflación.
A pesar de las críticas y peticiones insistentes del magnate republicano, la institución ha reiterado su compromiso con alcanzar una inflación del 2% a largo plazo y el máximo empleo.
Trump ha vuelto a cargar contra la Fed tras conocerse que el PIB del país creció un 3% en el segundo trimestre, después de haber registrado una contracción del 0,5% en el periodo anterior.
En su red social, TruthSocial, el presidente escribió: "¡Hay que bajar la tasa ya! ¡No a la inflación! ¡Que la gente compre y refinancie sus casas!". Sin embargo, la entidad ha ignorado estas demandas, argumentando en un comunicado que su prioridad es reducir gradualmente sus tenencias de valores del Tesoro, deuda de agencias y activos respaldados por hipotecas de agencias para estabilizar la economía.
Tensión entre Trump y la Fed
El líder republicano no ha dudado en expresar su descontento con la decisión del banco central, calificándola de "dañina para la gente". En sus declaraciones públicas, Trump ha señalado: "Deberíamos ser la tasa de interés más baja y no somos. La Fed hace mal su trabajo, siempre es demasiado tarde. ¿Por qué razón no lo hace? No sé, pero Europa ya lo redujo 11 veces". Este comentario refleja su frustración ante la negativa de Jerome Powell, presidente de la Fed, a ceder a sus exigencias.
La relación entre Trump y Powell ha estado marcada por tensiones desde hace meses. El presidente incluso llegó a calificar al titular de la Fed de "necio" y amenazó con despedirle de su cargo durante una visita sorpresa a la sede de la institución la semana pasada. Powell, nombrado inicialmente por Barack Obama y posteriormente ascendido por el propio Trump, defiende la necesidad de mantener estables las tasas. Durante una intervención pública tras el anuncio, afirmó: "Si recortamos los tipos demasiado pronto, quizá no hayamos logrado acabar con la inflación".
Añadió también que "la historia está llena de ejemplos de que, si se recortan demasiado tarde, quizá se esté dañando innecesariamente el mercado laboral. Así que estamos buscando el momento correcto".
Comparativa con el BCE
La postura adoptada por la Fed guarda similitudes con la del Banco Central Europeo (BCE), que en su última reunión decidió mantener los tipos en el entorno del 2%, afectado por la guerra comercial y la desaceleración de la economía europea. Mientras tanto, todos los ojos están puestos en los posibles movimientos que la Fed decidirá implementar tras el verano, después de mantener los tipos en el rango del 4,25% al 4,50% desde diciembre de 2024.
Algunos economistas apuntan a que la Fed podría comenzar a reducir los tipos a partir de septiembre, aunque esta decisión dependerá de los datos económicos que reciba. En la reunión de junio, el organismo dejó abierta la posibilidad de realizar dos recortes antes de finalizar 2025, aunque condicionó esta medida a la evolución de indicadores clave como la inflación y el empleo.
La Fed, por su parte, reitera que la incertidumbre sobre las perspectivas económicas sigue siendo significativa, lo que podría poner en riesgo el cumplimiento de sus objetivos de inflación y empleo.
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