Los mercados no sólo lidian contra una guerra comercial cada vez más intensa. Ahora también deben preocuparse por la influencia de Trump en la Fed. El pasado viernes un asesor del presidente dijo que la administración está estudiando opciones para despedir a Powell y el lunes Trump intensificó sus críticas en las redes sociales, diciendo que "...puede haber una desaceleración de la economía a menos que el señor Demasiado Tarde, un gran perdedor, baje los tipos de interés, AHORA". Todo ello ha provocado una fuerte tensión en los mercados.
No es de extrañar que en este contexto cualquier previsión de crecimiento económico sea rebajada. Ayer el FMI recortó sus previsiones de crecimiento para Estados Unidos, China y la mayoría de los países, citando el impacto de los aranceles y advirtió que nuevas tensiones comerciales desacelerarían aún más el crecimiento. Redujo su pronóstico de crecimiento mundial al 2,8% para 2025 y al 3% en 2026, desde su pronóstico de enero de que el crecimiento alcanzaría el 3,3% en ambos años. El crecimiento de Estados Unidos será de apenas el 1,8% este año, muy por debajo de su pronóstico anterior del 2,7%. El FMI no espera una recesión en Estados Unidos, aunque ha aumentado sus probabilidades de que haya una este año del 25% al 37%. También prevé que China crezca a un ritmo más lento, un 4% este año y el próximo, aproximadamente medio punto porcentual menos que sus previsiones anteriores. Para la UE el impacto de los arancele será menos significativo, en parte porque se enfrenta aranceles estadounidenses más bajos que China y porque el impacto de los aranceles se verá compensado por un mayor gasto público en Alemania.