El conflicto en Ucrania ha dado un giro con el acuerdo entre el presidente de Rusia y el presidente de EE.UU. para una tregua de 30 días en los ataques a la infraestructura energética ucraniana. Esta medida, que pretende ser un primer paso hacia una paz más duradera, ha sido recibida con cautela por la comunidad internacional.
Moscú ha condicionado cualquier alto el fuego permanente al cese total del suministro de armas y asistencia de inteligencia a Kiev, mientras que Washington busca ampliar la tregua hacia un alto el fuego marítimo en el mar Negro. Ambos presidentes acordaron continuar trabajando para poner fin a la guerra, agregó el Kremlin, y establecerán grupos bilaterales de expertos para negociar el cese de las hostilidades. La reacción en Europa ha sido de precaución. Los líderes de la Comisión Europea advierten que la tregua podría ser utilizada por Rusia para consolidar su posición en el conflicto. Tanto los mercados de divisas como los energéticos han reaccionado con volatilidad, con fluctuaciones en los precios del gas y el petróleo debido a la incertidumbre sobre el impacto en el suministro global.
Mientras tanto, los mercados financieros están pendientes del fin de la reunión de la Reserva Federal de EE.UU., donde se espera que los funcionarios mantengan sin cambios la tasa de interés de referencia en el rango de 4,25%-4,50%. La decisión llega en un contexto de presiones inflacionarias persistentes, con los precios de importación, que excluyen los aranceles, aumentando un 0,4 % en febrero, superando las expectativas y reforzando la posibilidad de que el PCE subyacente se mantenga elevado.