Tras más de un mes de ofensiva, las tropas rusas comienzan a replegarse, aunque los bombardeos y combates siguen activos en diversas zonas. Las autoridades ucranianas han informado de que han recuperado toda la región de Kiev tras semanas de intensos combates.
Así lo ha informado la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Malyar, en su perfil de Facebook. Maylar ha corroborado la liberación de Irpin, Bucha, Gostomel y toda la región de Kiev, aunque ha instado a los ciudadanos a no volver todavía a las zonas hasta que no finalice la inspección del ejército, pues según han informado, las tropas rusas han dejado minas a su paso.
Una situación que también ha criticado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, que ha advertido de la cantidad de minas que han dejado las tropas rusas en su repliegue provocando un "desastre". El líder ucraniano ha denunciado que han colocado minas "en las casas y en los cadáveres", por lo que el ejército está llevando a cabo inspecciones para despejar las zonas liberadas antes de que la ciudadanía pueda volver.
Rusia centra sus esfuerzos en el este
Pero la recuperación de Kiev (una de las principales aspiraciones de Putin que se ha visto frustrada) no pone fin al conflicto, pues tal y como han señalado fuentes del Ejecutivo ucraniano, todavía quedan batallas.
Ahora las tropas rusas se están concentrando en el sur y el este del país, especialmente en la zona del Donbás y en Mariúpol, que sigue asediada y con población civil a la espera de poder ser evacuada.
Los expertos señalan que ahora el objetivo de Putin es capturar definitivamente Mariúpol por su enclave estratégico, pues es el puente entre Crimea y el Donbás, las regiones de mayoría prorrusa. La ciudad lleva días bajo asedio con más de 100.000 civiles a la espera de poder ser evacuados, pues se encuentran sin agua caliente, electricidad y alimentación.
Los últimos datos de la ONU elevan a más de 1.300 los civiles muertos en Ucrania desde que comenzó la guerra.
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