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Opinión

Mezclar churras con merinas: o política y teatro

domingo 25 de noviembre de 2018, 18:14h

El pasado lunes se estrenó una obra titulada “Escape room”. A tenor de las risas del público, el respetable se lo pasó bien…Entre el elenco de actores, dirigido por Joel Joan, figura una gran actriz: Ágata Roca, de amplios y variados registros. Y también Héctor Claramunt, codirector y Paula Vives. Decía mi admirado Juan Luis Galiardo en una entrevista, que “nunca hay que mezclar, en el teatro y otros órdenes de la vida, churras con merinas”. Y eso, puede que no lo comprenda el protagonista de este artículo: Joel Joan (que además de dirigir, interpreta en el escenario. Más bien sobreactúa, con voces desmesuradas, los consabidos tacos y sobre todo, una retahíla de “morcillas” políticas, vinieran o no a cuento…Se escucharon expresiones o frases como “un twitter de Albert Rivera”, “romper un carnet del PSC”, alusiones a la CUP , y todo lo que ustedes quieran…

Disfruté con Joel cuando hizo con Jordi Sánchez en el Teatre Villarroel “Krámpack”, que fue todo un éxito en la década de los noventa. Incluso – en idéntica sala, ahora con otro nombre “La Villarroel”, en una obra junto al excelente actor Pere Ponce…A Joel, icono del independentismo, le cuesta guardar en el camerino esa ideología, cuando sale al escenario. En el templo sagrado del teatro, que es un rito para quienes lo amamos, toda referencia política que no tenga que ver con la obra, es innecesaria. No hay mejor política que interpretar- o dirigir- obras comprometidas. A buen seguro esta línea de conducta le proporcionará muchos “Premios Gaudís” cinematográficos, donde la profesión escénica se mira al ombligo (salvo excepciones).

Volviendo a “Scape room”, que cosechó sonoros aplausos al terminar la función, y varias salidas de los actores para saludar, ocurrió lo “previsible”: una de las actrices, Paula Vives, mostró una pancarta en la que se podía leer en letras rojas sobre fondo blanco “LLibertat per als pressos polítics”. No es difícil adivinar a instancias de quién…Ignoro si el señor Joan se ha planteado que en los teatros en que trabaja, el abanico de público asistente abarca una amplia gama de ideologías, tan respetables como la suya (como en la calle). Y va al teatro para disfrutar, admirar, emocionarse, o pensar…

Y entérese, don Joel: no son “presos polítics”, sino “polítics pressos”. Y en régimen de prisión preventiva, hasta que un juez- y no un actor- decida si los delitos que se les imputan, son ciertos y punibles … Lo de la pancarta sobra, a no ser que el animoso activista-actor, dijera: “Señores: y ahora tras la función, quédense los que lo deseen, porque vamos a hacer nuestro mitin” (o performance, diría uno). Lo demás, como decía nuestro amigo Galiardo, es mezclar “churras con merinas” y demuestra lo bajo que ha caído en Barcelona una parte del sector teatral. En otros teatros se exponen huchas con lazos amarillos tras la función, destinadas a “recaudar fondos para los políticos”. Pero esa ya es otra historia…

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