Ayer, un día antes de la apertura del Foro Económico Global de Davos que finaliza este viernes, la directora del FMI presentó la actualización del informe "Perspectivas Económicas Globales" en el que mejora la previsión de crecimiento de la economía mundial para 2018 y 2019, dos décimas más que lo calculado en octubre por el impacto de la reforma fiscal en los Estados Unidos y el repunte en la zona euro. De este modo, la economía mundial continúa su aceleración con una previsión de crecimiento del 3,9%, tanto para 2018 como para 2019, tras registrar una expansión del 3,2% en 2016 y del 3,7% en 2017. Casi la mitad de la nueva revisión al alza tiene su origen en el aumento en las expectativas de crecimiento de EE.UU., que pasan del 2,3% calculado en octubre para 2018 al 2,7% previsto ahora; y del 1,9% al 2,5% en el caso de 2019. También mejora las perspectivas de Japón, que se espera crezca en 2018 un 1,2%, medio punto porcentual más que lo anticipado en octubre, y las de la zona euro, que mejoran tres décimas, hasta el 2,3%. China, la gran economía asiática, seguirá moderando gradualmente su crecimiento, pero con tasas del 6,6% este año y del 6,4%, el próximo. A pesar del optimismo desatado, el FMI advierte sobre el “problemático” aumento de la deuda de los países y sobre la "complacencia". Su directora instó a recordar que la recuperación es apenas cíclica y que sin reformas fundamentales, una nueva recesión "estaría más cerca de lo pensado".