La semana arranca con la atención de los mercados puesta en la política monetaria global, con una agenda intensa de reuniones de bancos centrales. El foco principal está en la Reserva Federal, que tras nueve meses de pausa retomará el ciclo de recortes de tasas en su encuentro del martes y miércoles, 16 y 17 de septiembre. El consenso apunta a una reducción de 25 puntos básicos, que situaría el rango de fondos federales en 4,00%-4,25%. La decisión se apoya en el deterioro del mercado laboral estadounidense. El desempleo ha repuntado al 4,3% y las revisiones de empleo muestran un crecimiento mucho más débil de lo estimado inicialmente. En este contexto, el banco central prioriza la estabilidad laboral, incluso con una inflación que se mantiene por encima del 2% y presionada por los aranceles. Aunque persisten voces de cautela, los mercados descuentan un tono más acomodaticio en las próximas reuniones.
En paralelo, otras autoridades monetarias enfrentan realidades distintas. El miércoles se reunirán el Banco de Canadá y el Banco Central de Brasil. El jueves será el turno del Banco de Inglaterra y del Norges Bank, ambos limitados por una inflación rígida que frena su margen de acción. Ese mismo día, el Banco de Sudáfrica afrontará el reto de sostener expectativas con tipos en máximos de ciclo. Finalmente, el viernes se reunirá el Banco de Japón, todavía reacio a un ajuste ante los riesgos de volatilidad en divisas y deuda soberana. Este mosaico de decisiones refleja la dispersión global, ya que mientras la Fed se inclina por apoyar el empleo, otros bancos priorizan la estabilidad de precios.