El Banco de Inglaterra mantuvo sus tipos en el 4% tras una votación de 7 a 2 en el Comité de Política Monetaria, en línea con lo previsto por los mercados después del recorte de agosto. La decisión llegó acompañada de advertencias sobre la inflación. El gobernador advirtió que el Reino Unido aún no está libre de riesgos inflacionarios y que cualquier recorte futuro debe ser cauteloso. La vicegobernadora reconoció que los tipos se encuentran en una trayectoria descendente, aunque con incertidumbre sobre el ritmo de los ajustes. En los mercados, la libra se debilitó frente al dólar y los rendimientos de los bonos británicos cayeron inicialmente, para luego repuntar con el aumento de los bonos del Tesoro estadounidense. El banco central enfrenta un difícil equilibrio entre controlar la inflación y evitar frenar la recuperación, en un momento clave por la cercanía del presupuesto.
En Estados Unidos, los datos laborales ofrecieron un respiro parcial. Las solicitudes semanales de subsidio por desempleo cayeron en 33.000 hasta 231.000, revirtiendo el incremento previo y sorprendiendo positivamente a los mercados. Aun así, el trasfondo muestra un mercado laboral más débil, con una tasa de desempleo cercana al 4,3%, la más elevada en cuatro años, y un crecimiento del empleo limitado. En este escenario, la Reserva Federal redujo su tipo de referencia al rango de 4,00%-4,25% y anticipó más recortes graduales en 2025. El dólar se fortaleció y los rendimientos del Tesoro subieron levemente, reflejando confianza moderada, pero con cautela ante el riesgo de una desaceleración más prolongada.