Ayer, se puso fin al cierre gubernamental más prolongado en la historia de Estados Unidos, que duró 43 días, tuvo un fuerte impacto político y económico. Finalmente, la Cámara de Representantes aprobó un paquete de financiación temporal para reactivar servicios esenciales como el control aéreo, la asistencia alimentaria y el pago a empleados federales.
Este cierre, originado por desacuerdos sobre los subsidios de atención médica, evidenció la profunda división ideológica en el Congreso. Mientras la mayoría conservadora defendió la austeridad y el control del gasto, la oposición denunció que la falta de cobertura médica asequible agravaba la situación de las familias. La aprobación del proyecto permitirá extender la financiación federal hasta finales de enero y aliviará la tensión institucional, aunque persisten dudas sobre el endeudamiento y el retraso en la publicación de datos económicos clave.
Alemania, la mayor economía del continente sigue estancada, y el Consejo Económico alemán ha reducido su previsión de crecimiento para 2026 al 0,9%. Las reformas fiscales del jefe del Ejecutivo, centradas en un fondo de inversión para infraestructuras, han sido criticadas por su limitado efecto en la actividad. Aunque se prevé una leve mejora en 2025, la escasa inversión privada y la debilidad de las exportaciones dificultan la recuperación, en un contexto marcado por la incertidumbre estructural.