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Los 10 mejores discos de Paul McCartney
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Los 10 mejores discos de Paul McCartney

jueves 02 de junio de 2016, 11:42h
Paul McCartney llega este jueves al Vicente Calderón de Madrid para dar un nuevo concierto en la capital tras 12 años de ausencia. La oportunidad se presenta perfecta para repasar los mejores discos en solitario de la mitad de la mejor dupla compositiva de la historia.

McCartney (1970)

El disco que supuso el final oficial de los Beatles. Su lanzamiento a la vez que el 'Let it be' llevó a Paul a utilizar el disco para anunciar su salida de la banda, a pesar de que Lennon ya lo había hecho confidencialmente en una reunión de la banda en 1969. Este hecho supuso dos cosas, una demostró que Paul, incluso deprimido por su situación enfrentado con los otros tres 'beatles', sabía como vender un disco. La segunda fue que, como era de esperar, se llevó toda clase de palos por parte de la prensa qué se preguntó "¿Ha roto los Beatles para ésto?". Mirado con perspectiva, 'McCartney' no es un mal disco ni mucho menos, se podría llegar a decir que es un disco notable, con el que Paul casi inventa el 'lo fi' y el házlo tú mismo. Grabado en un equipo casero y con él tocando todos los instrumentos, su concepto se parece bastante a lo que quería hacer con el 'Let it be' de los Beatles, una vuelta a las raíces y un alejamiento de los trucos del estudio de grabación. Aquí hay grandes canciones como 'Every night' o 'That would be something' y una canción gigantesca como 'Maybe I´m amazed', a la altura de sus grandes baladas de piano de la época de los Beatles como 'Let it be' o 'The long and winding road'. Pero también hay morralla, como el instrumental 'Valentine day', algo que le acompañaría en casi toda su carrera. En definitiva, un debut notable que se chocó contra unas expectativas imposibles.



Ram (1971)

Su primera obra maestra fue recibida en su época con horribles (e injustas) críticas, algo que se fue rectificando con el paso de los años, hasta llegar a ser considerado a día de hoy uno de los verdaderos clásicos de su carrera. 'Ram' es la prueba definitva de que Paul McCartney es el ser humano con mayor facilidad para componer melodías maravillosas de los últimos cien años. Puede que a la gente seria no le guste su frivolidad, sus ganas de pasárselo bien o el hecho de que sea un hombre feliz y enamorado que habla de las cosas de las que lo hacen los hombres felices y enamorados. Puedo entender que haya gente que se irrite ante una canción sobre sonreír y sobre el olor de pies, lo que no puedo entender es que haya alguien que pueda pensar que 'Smile away' no sería un clásico del glam si la hubieran tocado T. Rex o Slade. 'Uncle Albert/Admiral Halsey' es la tontería más adictiva que ha hecho un hombre capaz de escribir las mejores tonterías adictivas de la historia como 'Yellow submarine' o 'Ob-la-di, ob-la-da', 'Too many people' o 'Eat at home' son grandes canciones rockeras, 'Dear boy' o 'The back seat of my car' podrían haber aparecido en el magnífico 'Surf's up' que publicaron ese mismo año los Beach Boys, y 'Long haired lady' es una de esas maravillas de McCartney con distintas secciones unidas entre sí que solo él parece capaz de hacer. Un auténtico discazo.



Red Rose Speedway (1973) (Wings)

'Wild life', el primer disco que publicó como Wings fue un verdadero bajonazo. Una obra que parecía confirmar todo lo que decían sus críticos, un McCartney insustancial y vago que se conformaba con sacar cancioncillas para tararear en el ascensor. 'Red rose speedway', el segundo disco de Wings, mejoró bastante con respecto a áquel, aunque todavía tenía muchas carencias, un sonido débil y varias canciones de relleno. Aun así canciones como 'Big barn red', 'My love' y, sobre todo, 'Little lamb dragonfly' lo salvan del desastre. En su defensa también se puede decir que en sus sesiones de grabación se grabaron dos de sus canciones más emblemáticas, 'Live and let die' y 'Hi, hi, hi' que fueron publicadas como singles.



Band on the Run (1973) (Wings)

Cuando ya nadie daba un duro porque McCartney volviera a recuperar el favor de la crítica, apareció 'Band on the run', el disco que todo el mundo llevaba esperando por parte de Paul, una continuación de la segunda cara de 'Abbey road' (practicamente obra suya), en la que, por primera vez, Paul se tomaba en serio a sí mismo y a su disco. Una obra que va repitiendo pasajes durante su desarrollo y en la que se encuentra la mejor colección de canciones en solitario del autor de 'Hey Jude'. Desde la titular, otra prueba más de lo bien que se le da enzarzar distintos temas musicales en una única canción, a la fuerza de 'Jet', pasando por ese gran blues-soul que es 'Let me roll it', los coqueteos con la bossa en la delicada 'Bluebird' o la excéntrica y genial 'Nineteen Hundred and Eighty-Five'. Su segunda, y última, obra maestra.



Tug of War (1982)

Los últimos años de Wings no dejaron grandes cosas, a principios de los 80 McCartney decidió poner fin a la banda y volver a grabar en solitario, para ello recurrió a George Martin, el productor de los Beatles, y buscó la colaboración de uno de los músicos más importantes de la década pasada, Stevie Wonder, con él que grabó uno de sus grandes éxitos, 'Ebony & Ivory', además de la funky 'What's That You're Doing?'. Cuando estaba grabando el disco se produjo el asesinato de John Lennon y McCartney respondió escribiendo una de sus grandes canciones 'Here today' que es la que hace de 'Tug of war' algo especial. Aunque su inicio con la canción que le da título y 'Take it away' también ayudan a su gran consideración entre fans y críticos.



Flowers in the Dirt (1989)

Los discos de McCartney desde 'Tug of war' hasta este 'Flowers in the dirt' fueron otro momento bajo de su carrera. Pero a finales de los 80 alguien convenció a Paul de que no estaría mal colaborar con alguien que le podía dar un contrapunto parecido al de Lennon, Elvis Costello. Su asociación se mostró de lo más interesante dejando grandes canciones como el 'Veronica' que aparecería en un disco de Costello, o las 4 que aparecen aquí, especialmente 'My brave face', muy beatle, y 'You want her too', un dueto en toda regla. Además McCartney se sacaba de la manga otras tres grandes canciones de su pluma, 'This one', 'Figure of eight' y la preciosa 'Put it there' para un lograr un disco notable.



Flaming Pie (1997)

En 1995 McCartney se puso a trabajar en el Beatles Anthology junto a George Harrison y Ringo Starr. Su reencuentro con su más glorioso pasado supuso una recuperación de su espíritu creativo y trajo consigo su mejor disco desde el lejano 'Band on the run'. Con colaboraciones de Steve Miller, George Martin, Ringo Starr o Jeff Lynne, McCartney vuelve a conseguir otra gran colección de canciones donde destacan 'The World Tonight', 'If you wanna', 'Young boy', 'Calico Skies' o 'Beautiful night'.



Chaos and Creation in the Backyard (2005)

'Chaos and Creation in the Backyard' podría ser perfectamente el tercer mejor disco de la carrera de Paul, tras 'Ram' y 'Band on the run'. Nigel Godrich, productor de Radiohead o Beck, se demuestra como una magnífica elección para sentarse tras la mesa de mezclas, para el disco más reflexivo y maduro de su carrera. Aunque lo realmente ganador, al fin y al cabo es un disco de Paul McCartney, son sus canciones, 'Fine line', 'Jenny Wren', 'Too Much Rain', 'Riding to Vanity Fair' o 'This Never Happened Before'



Memory Almost Full (2007)

'Memory Almost Full' fue la confirmación de que McCartney estaba pasando por un gran momento creativo "cuando cumplió los 64". La muerte de su esposa Linda en 1998, llevó a McCartney a un periodo más reflexivo, de mirar atrás sin ira y con un poco de nostalgia. El decano de los críticos musicales Robert Christgau lo definió perfectamente: "'Dance Tonight' es tan simple que te puede hacer temblar, pero repetidas escuchas pronto implantan su gancho, y el resto del álbum establece que la fiesta que da comienzo es una instalación, un poco del Edén antes de la caída que viene con el final pero lleno de vida 'Ever Present Past', 'Vintage Clothes' y 'Feet in the Clouds' encarnan su nostalgia y fantasía con un poco de ingenio y gran invención musical. Y el último tema deja claro que el Paul juvenil concibe el disco como el viejo hombre que es".



New (2013)

En 'New' McCartney se reúne con cuatro productores que podrían ser sus hijos, léase Mark Ronson (Amy Winehouse), Paul Epworth (Adele), Ethan Johns (Kings of Leon) y Giles Martin, que no es su hijo pero sí lo es del legendario productor de los Beatles, George Martin. La intención es clara: dar una capa de modernidad a unas canciones que suenan a un McCartney revitalizado. Cada uno de ellos aporta cosas pero da la impresión de que el disco se hubiese beneficiado de una única mano detrás de los controles, dándole al disco algo más de unidad. Y es que en 'New' hay, como no iba a ser menos, buenas canciones pero no parece un trabajo finalizado sino una colección de canciones sueltas. Entre las que más destacan se puede nombrar 'Alligator', 'Queenie Eye', lo más pegadizo que ha hecho en años, 'New', un vistazo a la etapa del 'Revolver', 'Early days', donde echa la vista atrás a sus años mozos en la letra mientras la música se va por caminos folk, 'Appreciate', la única que suena a algo realmente nuevo, o 'I can bet', que suena más Wings que Beatles. (Leer la crítica completa de 'New')

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