Ahora, si yo tuviese que apostar, apostaría por que no habrá nuevo Ministerio de Deportes –ya lo hay, unido al de Educación y desgajado, en incomprensible estructura, del de Universidades-- , entre otras cosas porque significaría una nueva carga presupuestaria y porque, simplemente, no hace falta. Lo que va bien no conviene tocarlo, dice la sabiduría popular, aunque hay políticos que no siempre aplican tan acertada máxima.

Pero, inevitablemente, los rumores sobre una crisis gubernamental se han puesto en marcha, y ya hay quien anda precipitando el ascenso de la bien valorada
Carme Chacón y el descenso del ya no tan apreciado
Miguel Sebastián. Tengo para mí que, aunque una remodelación a fondo sería necesaria, no va a ser tan, tan inmediata. Bastantes líos tiene ya
Zapatero como para meterse en otro charco.
Las mesuradas medidas económicas.- Por lo demás, y superadas las euforias deportivas, hubo muchas críticas a las medidas anunciadas el jueves por Zapatero en el Parlamento y aprobadas el viernes por el Consejo de Ministros. Curiosamente, en algunos medios parecía un gasto excesivo y en otros, insuficiente. Lo que da idea de que, al menos, algo se avanza; ha habido muchos planes gubernamentales, que iban cambiando a medida que la coyuntura económica global (y nacional) se iba modificando. Lástima que no se haya hecho lo mismo con los Presupuestos Generales del Estado, unas previsiones para 2009 que ya son poco más que papel mojado, porque los datos en presencia ya no son los mismos. Y, sin embargo, esos son los PGE que van a ser refrendados por el Parlamento. Curioso.
Las explicaciones que faltan.- Y hablando del Parlamento: no saldrá adelante la comisión de investigación sobre Lukoil y la posible, cada vez más lejana, venta a los rusos del paquete de acciones de Repsol en poder de Sacyr, contra lo que solicitó el Partido Popular. También es una lástima, porque son muchas las preguntas que se quedan en el tintero. Y demasiadas las sospechas de que alguien, que acaso se sienta en el Consejo de Ministros, ha ayudado demasiado a alguien, que acaso preside una constructora en dificultades. Pero tengo para mí que las cosas no van a quedar así. Si los planes que anidan algunos en el PP salen adelante –ya se sabe que no todo es unidad de acción precisamente en el principal partido de oposición-- , la petición de esta comisión de investigación no será la única iniciativa ‘popular’ para seguir ahondando en un asunto cuyas últimas ramificaciones aún desconocemos y que no ha llegado a su término. Veremos y escucharemos, me parece, muchas cosas.
¿Qué terroristas?.- La semana concluyó con el afortunado regreso a Madrid de los españoles que vivieron horas de angustia a raíz de los ataques terroristas en la capita financiera de la India, Bombay.
Al margen de algunas acusaciones más o menos intempestivas, partidistas e interesadas contra el rápido regreso a España de
Esperanza Aguirre, dejando en la ciudad india a otros miembros de su delegación –en realidad, estos mismos se lo pidieron, entendiendo que la presidenta de la Comunidad madrileña hacía más falta en España que en Bombay, por lo que estas críticas no tienen fundamento--, hay algunas incertidumbres muy serias. En especial, sobre la autoría de los atentados: India se ha apresurado a acusar a Pakistán, pero las pruebas no son concluyentes. Y, curiosamente, el pasado 15 de septiembre, un periódico local, el Daccan Times, insertaba la amenaza de un grupo terrorista hindú, Indian Muyahidines, contra la ciudad de Mumbay (Bombay), donde
“correrán litros de sangre por las calles”.
¿Quiénes están tras este grupúsculo, que no ha reivindicado ahora sino informalmente el atentado? Los servicios de inteligencia del mundo entero andan a la busca de indicios y los de seguridad, incluídos los españoles, refuerzan los controles y las precauciones, entendiendo que todo puede ser una especie de franquicia de Al Qaeda. Pero reconocen que aún nos queda mucho por saber sobre el alcance verdadero del terrorismo islamista.