Montilla y el psicoanálisis

   Traté de explicarle a un amigo argentino, en La Habana, que José Montilla es nacido en un pueblo de la provincia de Córdoba. Que emigró a Cataluña por razones económicas, como otros tantos españoles de distintas provincias, que se vieron forzados a buscarse el pan en donde había desarrollo industrial durante las largas noches del franquismo que, pese a todo, apostó fuerte por el crecimiento económico del País Vasco y de Cataluña. Todo venía a cuento de la advertencia de José Montilla de que Cataluña se estaba despegando de España y que, al respecto, era el "estado español" a quien le correspondía hacer algo.

   La locura identitaria es una apuesta personal de una elite que ha hecho del nacionalismo su forma de vida. Se vio claramente en la respuesta ciudadana al nuevo estatuto de Cataluña. Si esa refundación de la nación catalana no interesó a casi nadie, cómo se entiende ese distanciamiento de España que anuncia Montilla sin que él se dé por aludido en ninguna responsabilidad. José Montilla no habla nunca de España. No pronuncia esa palabra más que para anunciar un nuevo reto, una nueva tensión con el estado español, al que considera algo ajeno.

Mi amigo argentino tuvo que interiorizar lentamente que José Montilla haya transitado desde su condición de cordobés a la de pseudo nacionalista catalán y me preguntó si ahí podría haber algo en el subconsciente del president de Catalunya, de una infancia difícil en la que hubiera tenido que soportar rechazo social por su condición de emigrado. Tal vez para no sentirse "charnego" -que es la denominación despectiva que siempre han utilizado los nacionalistas catalanes frente a los emigrados procedentes de otros rincones de España- ha tenido que refundarse en un hiper catalán nacionalista que no puede siquiera pronunciar la palabra España.

   De momento, la palabras de José Montilla reconviniendo al estado español, como si le fuera algo ajeno, ha recibido una calurosa felicitación de su vicepresidente, Josep Lluis Carod Rovira, que se muestra entusiasmado de que la advertencia de José Montilla sea la más dura hecha jamás por un presidente de la Generalitat. Tuve que aclararle a mi amigo argentino que Carod Rovira es el más radical de los separatistas catalanes que quiere celebrar en el año 2014 un referéndum para separar Cataluña de España. Ah, le dije, y José Montilla dejó de ser ministro de Industria de España para ser candidato a la presidencia de la generalitat. "Eso termina por hacer incompresible todo", me dijo , "pero trataré de reflexionar para poder entenderlo" Y es que los argentinos son muy propensos al psicoanálisis.