13.000 misioneros españoles viven al servicio de los más necesitados en los cinco continentes

España ha enviado cerca de 13.000 hombres y mujeres que en la actualidad están en los cinco continentes.  "El 80% están en América Latina, por razones de lengua y de cultura", según ha explicado el director de Obras Misionales Pontificias en España, Anastasio Gil,  "pero hay cerca de 1.600 en África, unos 800 en Asia y 50 en Oceanía. El resto están en Europa bien como misioneros o de manera temporal para atender otros servicios". "A los misioneros les ubicamos ordinariamente en los países menos desarrollados,  porque de esta forma se pone el énfasis en el ser de las personas y no en el tener", ha dicho Gil.
 
En el compromiso con los más necesitados, lo primero es responder a sus necesidades más urgentes y tras ello se promueve un proyecto de promoción y desarrollo que parte, por norma general,  de las ONG´s, las cuales se sirven del trabajo de los misioneros para llevar a cabo estos proyectos, según ha indicado Gil. "Hay un momento especialmente singular y privativo de los misioneros que es cuando deciden quedarse en estos lugares donde han sido destinados. Ellos no necesitan ir ante una emergencia o para seguir un proyecto, ni tampoco retornan cuando la emergencia ha terminado, porque se quedan con su gente haciéndoles partícipes de lo que son y de lo que tienen", ha manifestado.

La mayoría de estos misioneros son religiosos y religiosas que son enviados a un lugar de destino que la Iglesia ha pedido a su congregación que atienda. "Este destino no es impuesto sino que se establece después de un diálogo ente el misionero y sus superiores", ha aclarado Gil. "Además, hay muchos sacerdotes diocesanos y laicos que también van a la misión, y que, a diferencia de los misioneros,  suelen volver a su país de origen tras un prolongado tiempo de servicio".

Arriesgan su vida en el más absoluto silencio

Pese a la magnitud de su labor, la actividad de los misioneros se desarrolla en el más absoluto silencio y es que cuando se escuchan sus nombres suele ser por una mala noticia como el fallecimiento de los sacerdotes Miguel Pajares y Manuel García Viejo, que contrajeron el ébola mientras desarrollaban su misión en África y que fueron repatriados para intentar salvar sus vidas.  Con su repatriación y el primer contagio de ébola en España se desató la polémica sobre si esta decisión fue o no la correcta.  "Antes de ser curas y misioneros, son ciudadanos españoles que han entregado su vida al servicio de los más necesitados. Ellos tenían derecho como cualquier otro ciudadano a que el Estado les atendiera en sus necesidades vitales. Por tanto, su repatriación no ha sido otra cosa más que el ejercicio del derecho individual, algo que debemos respetar", ha sentenciado Gil.

Respecto al 'silencio mediático' en las tareas de los misioneros, Anastasio Gil ha lamentado que solo salten las alarmas cuando los problemas afectan de forma directa a Occidente. "Desgraciadamente así es. Sucedió lo mismo que con el SIDA. Cuando esta enfermedad 'pasó' a Occidente se despertaron todas las alarmas. Miles de niños están muriendo en África por la malaria, el hambre y otras enfermedades, que como no han llegado aquí no nos preocupan tanto".
"Sin embargo, el hecho de que haya 1.585 misioneros españoles en el continente africano nos tiene que llenar de orgullo al saber que estos coetáneos nuestros sí valoran la vida del otro hasta el punto de entregar su propia vida, y es que en estos ámbitos geográficos cualquier misionero arriesga  su salud no solo por las enfermedades que pueda contraer sino por las situaciones físicas en las que se encuentra", ha afirmado Gil.

El domund se adapta a los nuevos tiempos

Aunque en cada lugar tenga un nombre diferente, 130 países celebran el penúltimo domingo de octubre la jornada mundial de las misiones. Este año la 88 jornada del domund en España lleva como lema 'Renace la alegría', y aunque este día "ha experimentado una evolucion a lo largo de los años en función de los cambios sociales, eclesiales y culturales, mantiene como denominador común la solidaridad con los misioneros", ha expresado Gil, al tiempo que ha explicado que "antes, una fuente de cooperación era a través de la hucha, mientras que ahora la principal forma de financiación son las transferencias bancarias, los donativos on-line, etc".

Para Gil "las redes sociales son determinantes en toda la campaña del domund porque es un medio rapido y eficaz en el que se implican muchísimas personas, pero el mayor y mejor servicio que prestan es que estamos en contacto con los misioneros en tiempo real y es que su participación en estas redes es para nosotros una gran sorpresa y la estamos atendiendo con exquisita solicitud".

El director de Obras Misionales Pontificias ha señalado que "España siempre ha sido muy generosa en la cooperación económica, aunque desde el año 2008 se acusó el descenso en las aportaciones económicas por causa de la crisis. Sin embargo, contra todo pronóstico, en el ejercicio económico de 2013, las limosnas de los fieles crecieron un 7,8% respecto a 2012. Aquel año pusimos a disposición del Papa cerca de 11 millones de euros, en el 2013 hemos superado los 12 millones de euros que estamos enviando a los respectivos países durante el 2014". "Espero que siga la tendencia de generosidad del año pasado pero lo importante no es la cantidad sino la colaboración de tantísimas personas que arriman el hombro", ha concluido.

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