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Prestamistas, un antes y un después

Prestamistas, un antes y un después

martes 10 de marzo de 2015, 13:42h
Hasta la fecha, era común relacionar el nombre de un prestamista particular con la usura, el interés abusivo, o la apropiación de las garantías que avalaban el préstamo. Pero lo cierto es que, gracias a un control cada vez más exhaustivo por parte de instituciones y autoridades, así como el aumento de información y del nivel educativo que la población en general ha obtenido en estos últimos tiempos, se ha logrado que la figura del prestamista privado tome otra dimensión.
Personas sencillas que realizan una función social

Hoy en día, cuando se habla de prestamistas privados, lo hacemos de personas sencillas -padres de familia, trabajadores asalariados...- dispuestas a ofrecer un préstamo como medio de inversión personal, con la única idea de obtener una rentabilidad con sus ahorros y, por supuesto, sin ningún ánimo de estafar, timar o apropiarse del patrimonio ajeno.

Se trata de personas que, en buena medida, realizan una función social, ya que a cambio de un interés comedido ayudan a financiar a personas que necesitan liquidez y que por los motivos que sean han quedado fuera del círculo bancario. Un buen ejemplo es Capital Privado MB.

Intereses similares al de bancos y cajas

Una de los prejuicios más comunes sobre los prestamistas privados radica en la falsa creencia de los intereses abusivos que cobran a los clientes. En la actualidad, el interés que bancos y cajas cobran a los préstamos personales ronda entre el 8 y el 15% dependiendo del caso. Pues bien, los intereses en el caso de los prestamistas privados e incluso los préstamos con ASNEF se encuentran alrededor del 13%. Algo más alto que en el mejor de los casos de bancos y cajas, pero ni mucho menos tan alto como quieren hacer creer.

Lo cierto es que buena parte de esta mala fama de la que hasta la fecha han tenido los prestamistas privados emanaba del interés de los bancos en evitar que se popularizara este tipo de negocios civiles.

Flexibilidad de los requisitos

En el caso de los prestamistas privados, el único requisito que suelen exigir es que la persona a la que van a prestar el dinero tenga una propiedad libre de cargas. Es decir, sin hipoteca. Propiedad que perfectamente puede ser un coche.

Es por este motivo, por el que suelen solicitar diferente información. Ya que este tipo de préstamos no deja de ser un negocio y como tal los prestamistas deben guardarse las espaldas y minimizar los posibles riesgos.
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