Mikel Erentxun: ''La puerta a Duncan Dhu no se ha cerrado, aún está abierta''

‘Corazones’ llega tras el año más delicado por el que ha pasado, con una intervención cardíaca, hospitalización, múltiples pruebas… ¿Qué hay de toda esa amargura en el disco?

Efectivamente, ‘Corazones’ es un álbum que nace de una situación singular, como fue mi paso por el hospital. Un hospital que, de hecho, no pise en mi vida. Por culpa de la obstrucción de una arteria me vi hospitalizado. Fueron dos semanas que se me hicieron muy largas, muy duras y también dramáticas. Y de ahí nació este disco. En mi tiempo allí no tenía otra cosa que hacer salvo pensar en ello. Por mi cabeza pasaron un montón de ideas, y eso es de lo que habla el disco: de cuando uno se siente en el límite y al borde de la vida. Me propuse hacer un disco que narrase todo aquello si salía del hospital, y afortunadamente así fue. ‘Corazones’ es muy autobiográfico

¿Qué faceta de Mikel Erentxun en solitario podremos ver el viernes en Málaga? ¿Un ‘setlist centrado’ en sus últimos trabajos o tirará de un repertorio más clásico?

En principio, estoy presentando el último disco, pero al final siempre se tira de la improvisación. Llevo un repertorio programado, pero voy improvisando. Por ejemplo, este año se cumplen 30 años de ‘Por tierras escocesas’, así que me gusta rescatar canciones antiguas y voy intercalándolas con las nuevas. Todo depende del momento, de la gente que va al concierto, del ambiente. Sé cómo empieza el concierto pero no como acaba. Tampoco sé qué canciones haré de ‘Corazones’.

¿Acudirá sólo o estará acompañado de algunos músicos?

Voy solo, pero porque este festival es así. ‘Desnudan’ al cantante junto a sus seguidores, en espacios reducidos como terrazas. No he asistido nunca a este festival, pero sí he dado conciertos acústicos donde he estado solo. Y los disfruto mucho, porque mis canciones surgen así, con la intimidad de la guitarra. En estos sitios se producen momentos mágicos y muy emocionantes, porque al final tienes a tu artista favorito armado solamente con una guitarra y prácticamente rodeado de nada, al aire libre. No hay montaje de luces y sonido. Al final estás como un poco ‘desnudo’, y rodeado en el marco de la ciudad.

Respecto al proceso de composición, usted mismo cuenta que se ha vuelto muy maniático de la producción. ¿Y para qué si luego todo el mundo lo reproduce por móviles o iPods y se pierden rangos, dinámicas?

Es algo que no me gusta nada, pero no lo puedes evitar. Tú intentas hacer discos y dar conciertos en los que se intenta cuidar al máximo todos los detalles, pero inundan la red de vídeos con las imágenes y el sonido distorsionado. Me sorprende porque en los conciertos, el público, en vez de disfrutarlo, está con el móvil grabando. En otros tiempos se prohibían meter cámaras a los conciertos, pero el problema es que ahora no puedes prohibir meter teléfonos móviles.

En relación a su discografía, ‘Corazones’ y, en general, los últimos discos, son más crudos, más alejados de la dinámica musical que seguía anteriormente. ¿A qué se debe este cambio?

Hace ya tres discos decidí dar un golpe de timón a mi carrera. Hice unos conciertos que grabé en un disco, ‘Tres noches en el Victoria Eugenia’, con los que me despedía de esa forma de trabajar. ‘Detalle del miedo’, ’24 golpes’ y ‘Corazones forman parte de una nueva trilogía, de una nueva forma de entender la música. Ahora me encuentro más a gusto porque son más adecuados a mi edad y a cómo pienso. Son menos mainstreams, y me apoyo menos en los medios de comunicación como hacía antes. También, vendo menos discos, actúo en sitios más pequeños. Pero no echo de menos mi antigua faceta musical. Tengo esa parte como un recuerdo bonito, y ahora me apetece otra cosa.

También, en los últimos tiempos ha experimentado abandonando en ocasiones su particular rango de agudos para cantar más como su ‘exsocio’ Diego Vasallo.

En esta nueva etapa me ha apetecido probar con la voz. Probar nuevos caminos con ella. En ‘Detalle del miedo’ bajé de tono todas las canciones. En el siguiente, rompí un poco más incluso la voz, no tanto como Diego, más del estilo de Tom Waits. Pero en este último disco, en ‘Corazones’, he vuelto a una voz natural. Al final la voz es un instrumento más, y después de tantos discos me apetecía probar cosas nuevas. A mí me aburre cantar siempre de la misma forma. De hecho, en ‘Corazones’ he cantado de forma más natural, pero no habría llegado a hacerlo si no hubiera probado a cambiar antes.

Tratando su pasado musical, ¿habrá más entregas del retorno de Duncan Dhu? Dejaron canciones de gran factura como los Días Buenos.

La puerta a Duncan Dhu ya se ha abierto, y no se ha cerrado. Diego y yo hicimos un disco y una gira que nos gustó mucho, así que claro que es posible. Ahora yo estoy centrado en esta gira, y Diego está centrado grabando en solitario, pero el año que viene, por ejemplo, podría pasar algo, aunque está por ver.

Tengo un jefe que dice que ‘Autobiografía’ es uno de los mejores discos que se han hecho nunca en este país. ¿Está de acuerdo?

Al final, un disco es la suma de un montón de cosas. Se trata de tener un buen repertorio, buena interpretación, y una buena chispa. En ‘Autobiografía’ se ha dado esto, cuando Duncan Dhu estaba muy alto creativamente. Era un disco doble, arriesgado, y sí siento que es uno de los discos importantes de la música que hemos hecho. Funcionó muy bien, fue muy laureado, tuvo buenas críticas y una gira gigantesca. Fue el techo de Duncan Dhu.

Para acabar, ¿podría destacarme cuatro o cinco grupos patrios actuales?

Pues casi todo lo que me gusta de la música española tiene ya sus años. Bunbury, Quique González, Calamaro, Iván Ferreiro… y por poner algo más actual, Amaral.

Realmente ha destacado a grupos y artistas que ya cuentan con años de experiencia. ¿Cree que el rock español se ha estancado?

No, creo que siguen saliendo bandas bastantes interesantes como Vetusta Morla. Pero al final siempre me pasa lo mismo, me quedo con los clásicos sobre los grupos nuevos o los internacionales.