Estamos –suma y sigue- en año electoral. El tono del enfrentamiento entre el PP y el PSOE no deja lugar a dudas. Y el de las tertulias tampoco. Estamos en campaña, sentenció Federico Quevedo en La Linterna, con mucho la frase más repetida en la noche del martes a lo largo del dial. Rajoy ha dejado claro, además, quien es su enemigo: Pedro Sánchez, el que pacta con Podemos. Los debates, no obstante, se movieron a caballo entre la política nacional y la espada de Damocles de la crisis griega.
En El Cascabel, la visita del nuevo vicesecretario de política sectorial del PP, Javier Maroto, tenía más interés por su condición de ex alcalde de Vitoria, en cuyo bastón no podrá volver a apoyarse pese a ser el candidato más votado. El culpable, el PSOE. Veredicto inapelable, por supuesto.
En realidad, el PSOE no está en el acuerdo del PNV con Podemos y resto de formaciones de izquierda, Bildu incluido, que ha desplazado a Maroto, pero por pura casualidad. Ahora, Maroto acusa a los socialistas de estar negociando su participación en el Gobierno de Vitoria, sustentado por los votos del partido abertzale. Se le notó enfadado, desde luego.
Todo lo contrario que Iñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la UE, que este miércoles celebra el 30 aniversario de la entrada de España en el club europeo. Juan Pablo Colmenarejo le entrevistaba como prólogo al debate de La Linterna, en el que de lo que se quería hablar era de la bronca del Senado.
“Estamos en campaña electoral”. Esa es la razón del cambio de tono del presidente del Gobierno, con un discurso endurecido, explicaba Federico Quevedo.
Colmenarejo preguntaba a Fernando Jáuregui por el anuncio de que Rajoy asistirá este miércoles a la reunión del comité de dirección del PSOE. La respuesta fue una dura crítica tanto a los cambios en el partido como a la estrategia de atacar a Pedro Sánchez en plan castizo, en alusión a una expresión del líder popular en la Cámara Alta durante su respuesta a la bancada socialista.
Y ya de paso, Jáuregui dio paso a la propia polémica de los socialistas, envuelta en la bandera gigante de Pedro Sánchez. Algún diputado relevante como De la Rocha ya ha dejado constancia de que al ala más a la izquierda del PSOE no le ha gustado demasiado el gesto.
A Ramón Pérez Maura, en cambio, le ha encantado, aunque duda de que lo repita en todas las CCAA, en referencia sobre todo al País Vasco. Una alusión que pese a la unanimidad de fondo de los contertulios calentó el debate a cuenta de los pactos “contra natura” del PSOE por acción u omisión en Vitoria, Valencia... “Madrid”, añadió Quevedo con la discrepancia resignada de Jáuregui.
Antonio Casado en La Brújula ponía como ejemplo la reacción del PSOE a las afirmaciones de Pablo Iglesias sobre los presos de ETA para rebatir la acusación de Rajoy de que los socialistas se están echando en brazos de Podemos.
De Génova a Grecia. En Onda Cero se disponían a meterse en harina mientras en Hora25 Ángels Barceló ponía en suerte la penúltima crisis europea, con el acuerdo aún en el aire pese a darlo todo el mundo por hecho. Cristina de la Hoz ponía el énfasis en la cesión de Tsipras en materia de pensiones, que era una de sus banderas. Javier Aroca se quejaba de que se intente presentar las negociaciones como una derrota del ejecutivo griego, que ha sufrido unas “presiones terribles de la Troika”.
En La Noche de 24h, Grecia protagonizaba otro interesante debate entre Fermín Bocos y Juande Colmenero en el que no hubo dudas sobre el culpable principal de la situación actual: los gobiernos que despilfarraron y falsearon las cuentas y cargaron a Grecia con una deuda que ha crecido como un iceberg.
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