Lo que está claro es que la reputación de Maserati está perfectamente asentada, aunque la competencia sea feroz en su segmento, con Mercedes-Benz, BMW, Audi o Lexus. El año pasado, sus ventas se fueron a las 36.448 unidades, pero este año las cosas no van muy bien, registrando unacaída de las matriculaciones (hasta abril un 9%) y de la rentabilidad debido a que el mercado chino ha dejado de “tirar”.
Fiat compró la marca en 1993, y rápidamente consiguió mejorar sus resultados y su imagen. Actualmente, Maserati deja un beneficio del 10% a FCA; no llega al 13% que dejaba Ferrari, pero triplica el margen medio del grupo.
Maserati entra de lleno en la nueva estrategia de FCA, y también en sus inversiones para convertirla en una marca global. Esto se ve claramente, por ejemplo, en la expansión que ha sufrido su red de concesionarios en el mundo, que alcanzará los 500 al finalizar este año para soportar la demanda desus sedanes de lujo Ghibli y Quattroporte
Impulsar beneficios es crucial para Marchionne si quiere generar la suficiente caja para desarrollar nuevos vehículos basados en nuevas tecnología, y cuenta con la marca italiana para ello. El máximo responsable de FCA quiere llevar su margen al 15% y duplicar sus ventas hacia 2018, para alcanzar las 75.000 unidades. La consultora IHS, sin embargo, pronostica sólo 54.000 ventas para Maserati para dentro de tres años.