En cualquier caso, las marcas se han estado posicionando en el país silenciosamente ya desde el año 2013, coincidiendo con el inicio de la fase final de la negociación y después de que alguna de las sanciones que sufría Irán fueran levantadas.
Ahora, PSA Peugeot Citroën, que lidera el mercado iraní, tendrá que competir con nuevos actores, especialmente con el Grupo Volkswagen, que estaría deliberando sobre el papel a desempeñar con marcas como Skoda o la propia Seat.
Pocas horas después del anuncio del acuerdo, Peugeot anunciaba que impulsará una nueva planta de producción, todo uno aviso destinado a defender esa posición predominante.
Las ventas de coches en Irán alcanzaron su cifra record en 2011, antes de que su economía cayera como consecuencia de las fuertes sanciones impuestas por Occidente. La producción de vehículos cayó hasta el millón de unidades en los dos últimos años, llevándose consigo 100.000 puestos de trabajo.
Ahora, las matriculaciones parece que se recuperan y, según informa Reuters, citando un informe de IHS Automotive, este año las ventas podría acabar en 1,2 millones de coches. El final de las sanciones dispararía éstas hasta 1,6 millones en 2016, aunque la industria ve un potencial de 2 millones de coches.
El retorno de las marcas europeas a este mercado se va a topar con nuevos actores y competidores, como los fabricantes chinos, que han copado su espacio bajando los precios durante los años de restricciones económicas.
Asimismo, las marcas japonesas están bien posicionadas para acceder a parte del mercado que, no lo olvidemos, es la puerta de entrada al resto de oriente medio.
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