Los temores sobre el crecimiento a nivel global parece que se van calmando. Al menos es lo que está reflejando el comportamiento de los mercados en los últimos días. Ayer, la rentabilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos subía ante una combinación de datos que respaldaron la perspectiva recientemente revivida de que la Reserva Federal subirá los tipos de interés este año, llevando a los operadores a vender el refugio seguro de la deuda gubernamental. La rentabilidad del bono de referencia a 10 años subía a su nivel más alto en tres semanas y media, hasta el 1,872%, tras el informe de empleo elaborado por ADP que indicó que los empleadores privados de Estados Unidos crearon 214.000 empleos en febrero, superando los 190.000 que esperaba el mercado. El dato se conocía un día después de que otro informe privado mostrase que la actividad manufacturera repuntó en febrero, en una indicación de que la economía estadounidense podría estar caminando hacia la estabilidad en vez de la desaceleración. El dato de empleo privado se anticipa al informe de empleo que se publicará mañana, una cita clave cada primer viernes de mes en la que los participantes de los mercados buscan señales sobre la fortaleza de la economía estadounidense, más si cabe en esta ocasión, teniendo en cuenta que la Fed se reúne los días 15 y 16. Los futuros de los fondos federales indican que los operadores ven solo un 3% de posibilidades de que la Fed suba los tipos en su próxima reunión. Ayer, el presidente de la Reserva Federal de San Francisco, señalaba que el mensaje clave del banco central estadounidense sobre las subidas de tipos de interés es que el movimiento será "gradual", a lo que añadió que si en algún momento la Fed necesita relajar su política, preferiría emplear herramientas de política monetaria ya conocidas, como el alivio cuantitativo, en lugar de tipos de interés negativos, ya que éstos podrían acarrear más costes que beneficios.