Diez razones por las que invertir en el aprendizaje de idiomas

- Aprender idiomas: Parece una obviedad, pero no lo es. Muchas personas llevan estudiando inglés, o cualquier otro idioma, desde el colegio pero todavía no sienten que tengan destreza en el mismo. Sin embargo, cuando se viaja a otro país con la intención de realizar un curso de idiomas en el extranjero, se descubre cuánto se sabía y cuánto se tenía olvidado y, de forma casi inmediata, se empiezan a recordar palabras y gramática.

- Mejorar currículum: el hecho de haber estudiado en el extranjero es una carta de presentación excelente a la hora de buscar trabajo. Sin duda, la experiencia internacional es un valor añadido en una hoja de vida laboral, que permitirá diferenciarse de la competencia y ayudará a despuntar en los procesos de selección.

- Conocer mucha gente: esto no es un mito, es una realidad. El hecho de disfrutar de una estancia en otro país suele abrir la mente y, de manera inconsciente, solemos sentirnos mucho más predispuestos a unirnos a planes, quedadas o eventos que se organizan en la ciudad de acogida. El número de personas que conozcamos será proporcional a la actitud proactiva que tengamos.

- Hacer buenos amigos: de todas las personas que se conozcan durante la estancia en el extranjero, seguramente algunos de ellos se convertirán, con el tiempo, en buenos amigos. Además, hoy en día las redes sociales ayudan a mantener esa amistad por mucho tiempo.

- Conocerse a uno mismo: ganar independencia, saber cómo desenvolverse estando lejos de casa. Así, se tendrá un conocimiento mayor de otras culturas y nacionalidades y se podrá disfrutar de las costumbres más típicas de otros países. Asimismo, también será posible conocerse mejor, sabiendo cuáles son las propias limitaciones y retos.

- Conocer un sistema de educación diferente: si es la primera vez que se va a estudiar en el extranjero, se conocerá cómo de diferente es la educación en otros países. Esto permitirá tener distintas visiones sobre los valores educativos que se imparten en otros lugares y poder quedarse con aquellos que más provechosos resulten para la formación personal.

- Una nueva perspectiva del mundo: no hay nada como viajar al extranjero a aprender idiomas para poder enriquecerse como persona. El hecho de vivir lejos de la familia y amigos permitirá tener una visión mucho más amplia de cómo se vive en otros países y así valorar lo bueno y lo malo que se tiene cerca. Sin duda es una excelente oportunidad de aprendizaje.

- Aprender a valorar muchas cosas, sobre todo si se es joven y se ha vivido siempre en casa de los padres. Viviendo fuera se podrá apreciar el precio de la vida: la comida, el alquiler, la dificultad de un idioma, etc. En muchos momentos se estará solo y no quedará más remedio que buscar una solución sin ayuda de nadie.

- Tomar una decisión acertada: no hay que entender este hecho como un gasto, sino como una inversión en el conocimiento. Existen diferentes cursos de idiomas y son muchas las empresas que ofrecen estancias educativas en otro país. Valorar los pros y los contras de cada curso y elegir el que mejor se adapta a los objetivos, sin que el precio sea un impedimento.

- Una experiencia inolvidable y, aunque suene a tópico, es la pura realidad. Vivir una experiencia que se guardará para siempre en la memoria.

Existen diferentes modalidades para estudiar en el extranjero: realizar un año académico en el extranjero es la alternativa de muchos padres que lo consideran la mejor opción para sus hijos. Otros muchos, consideran la idea de realizar un curso de idiomas durante el verano, optando por alguna de las múltiples ofertas que existen en el mercado. En Lenfex, por ejemplo, son especialistas en viajes de estudios al extranjero para perfeccionar idiomas, y ofrecen múltiples cursos adaptados según las necesidades y edad de cada alumno.