En algunas ocasiones he comentado con responsables políticos lo difícil que debe ser para ellos sumarse a posiciones, por el simple hecho de que es la postura oficial de su partido.
Para algunos de ellos da la impresión que les da igual votar una cosa que otra, pues saben que están ahí porque los ha puesto su partido, y si quieren continuar en el puesto tienen totalmente asumido cuáles son las servidumbres del cargo. Sin embargo, algunas otras de las personas con las que he tratado este tema me han reconocido que en muchas ocasiones más duro aún que votar algo que no se comparte es tener que explicar por qué se ha hecho así.
Lo que ha ocurrido con el veto a los Presupuestos Generales del Estado para 2008 en el Senado si no fuera por la trascendencia que puede tener para todos los españoles, es para reír, por no decir llorar.
Que un partido como ERC que ha sido quizás el mejor socio que ha tenido el PSOE durante toda la legislatura, colabore con sus votos a tumbar los Presupuestos del 2008, tiene difícil explicación y, sobre todo, cuando el ministro Solbes ha dejado muy claro que si en vez de aprobarse los Presupuestos del 2008 se prorrogaran los del 2007, Cataluña, que es por lo único que se preocupa ERC, perderá más de 700 millones de euros en nuevas inversiones.
Según se explicó en su momento, el PNV dio su aprobación en el Congreso a los Presupuestos, porque el PSOE se comprometió a hacer una serie de modificaciones al mismo, en el Senado, que atendieran las exigencias del PNV.
Vamos a ver ahora que no se han satisfecho esas demandas y que, además, de acuerdo con el procedimiento a los Presupuestos no se les puede hacer ninguna nueva enmienda, sino solamente se pueden volver a votar y además necesitan la mayoría absoluta para ser aprobados, qué va a votar el PNV.
Va a ser realmente gracioso oír la explicación del voto a favor de los Presupuestos por parte del PNV, sobre todo, porque no ha conseguido aquello que en su momento le prometieron que le iban a dar si votaba que sí.