Una magistral lección de cómo hay que leer e interpretar un texto lleno de poesía y belleza

El director de La Gleva Albert de la Torre explica así esta cálida acogida de un texto sobrio, en formato de monólogo y con acompañamiento musical en la voz de Silvia Comes grabada (porque en esta ocasión no ha podido acompañarle en la sala).: “En la Gleva el público tiene la garantía que va a encontrar un espectáculos de calidad. Y vienen actores de primera línea, como es el caso de Mario Gas, o Pep Munné. También intentamos que se representen texto de los grandes autores: Espriu, Ricard Salvat, y otros...”.El hecho de que una función como esta, intimista y con formato de monólogo, vuelva a repetirse se basa en “la buena acogida que tuvo en las dos ocasiones en que se ha representado. La última, a finales de año, tuvo la presencia de Mario Gas (director de la obra), como lector de un pasaje del texto de Gil de Biedma”.

“Rosas de papel” lleva prácticamente dos décadas representándose, aunque con interrupciones, en distintos lugares de España, como el Teatro Cervantes de Valladolid, o el Centro Dramático Nacional (al principio, en el 2003). Tras la permanencia en la Gleva, donde empezó el pasado 7 de Febrero hasta el 18, emprenderá gira, que se está concretando, y con un lugar ya confirmado: Santa Coloma. Pep Munné explica así la longevidad de esta obra “sigue teniendo plena vigencia, porque por un lado, hace hincapié en la historia de España, con sus virtudes y defectos, que se repite...”. Y por otro lado, señala “hay temas, como el paso del tiempo, la vejez y la muerte, que son intemporales. Y yo me siento identificado porque, a mis 70 años, he perdido a muchos de mis coetáneos...Al final, sólo te queda la familia que tú has creado”.

Filipinas

El actor considera que no es imprescindible conocer previamente la obra de Jaime Gil de Biedma: “lo importante es que el planteamiento de conversación de uno mismo con que habla el escritor, lo acerca mucho al público, que se emociona. Sin ir más lejos, la noche del estreno se levantó y aplaudió mucho”. En una de las ciudades de la gira, tras la función dejaba en el vestíbulo libros de Gil de Biedma, porque más de un espectador me decía “¿dónde puedo encontrar tal obra?...”.

Durante la lectura surgen pasajes ocurridos en España, y otros en Filipinas, donde el escritor paso muchos años: habla de sus amores allí, del mismo sexo (dada su homosexualidad) y de cuando estuvo al frente de la Compañía de Tabacos de Filipinas, haciendo, incluso, un informe como precursor de la globalización, donde especificaba como debía funcionar una empresa…Tuvo un amor femenino, llamado Isabel, a la que el escritor ensalza, comparando su cuello al de un cisne.

El espectáculo sólo tiene lo mínimo: una mesa, con algunos libros desplegados, una silla, y una pantalla al final del escenario. Munné es consciente de que en un monólogo de estas características, el actor “debe ganarse al publico desde el principio; seducirlo, y captar su atención”. Y reconoce que es prioritario estar concentrado en lo que lee o dice el intérprete, sin dejarse distraer por otras cosas...No es el primer monólogo que hace, ni mucho menos: uno de los más conocidos fue en su día “Jhonny cogió su fusil”.

Destaca la extraordinaria dicción e interpretación del actor, con las pausas justas (que sirven para que intervenga la música), como un bolero que José Agustín Goytiso lodedicó al escritor, cuando le dijo que ya no volvería a escribir, o el tema precioso y emblemático de Yves Montand, con el que cierra el espectáculo “Les feuilles mortes”. Mientras suena, Munné se estira en la silla, lee y deja fluir el pensamiento, mientras saborea un cigarro...La noche que vimos el espectáculo, un viernes lluvioso de Febrero, la sala se llenó, y el público obligó al actor a saludar en tres ocasiones.