Los riesgos ocultos de las cachimbas: ¿son peores que los cigarrillos?

Por Cristina Valdivielso (Madridiario)

El uso de utensilios para fumar como cachimbas o cigarrillos electrónicos ha experimentado un auge en los últimos años tanto en jóvenes como en adultos. La razón del aumento del uso de ambos dispositivos puede deberse a la opinión extendida de que son menos perjudiciales para la salud que el consumo de cigarrillos tradicionales. Sin embargo, lo que mucha gente desconoce es que estos hábitos resultan igual de dañinos. Además, esta tendencia es utilizada tanto para el consumo de tabaco como para el de cannabis.

Según la encuesta sobre el uso de drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES) de 2018/2019, el 47 por ciento de los estudiantes ha fumado tabaco utilizando cachimbas, mientras que un 11,9 por ciento de los encuestados reconoce su uso para el consumo de cannabis.

En el caso de los adultos, la encuesta sobre alcohol, drogas y otras adicciones (EDADES) elaborada por el Gobierno en 2019, apunta que un 11,6 por ciento de los adultos (13,4% en hombres y 9,7% en mujeres) ha consumido tabaco a través de cachimbas.

A pesar de que este hábito se ha relacionado de forma mayoritaria con el género masculino, lo cierto es que las mujeres, cada vez más, ganan posiciones en lo que se refiera a fumar con pipas de agua, ya que tienden a percibir el uso de cachimbas de manera más positiva que el tabaquismo tradicional.

Falsa creencia

El presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Carlos Andrés Jiménez, asegura que “existe en la sociedad la falsa creencia de que la cachimba es una forma más natural de consumir tabaco”.

Según datos recogidos por el Gobierno, la venta de este tipo de tabaco aumentó en junio de 2021 en relación al año anterior, siendo Cataluña la región donde más se consume, aunque ya venía aumentando años atrás. Sin embargo, también es cierto que, debido a la pandemia provocada por la Covid-19, su compra ha disminuido, ya que este tipo de utensilios está asociada al ocio nocturno, que actualmente se encuentra en decadencia por la crisis sanitaria.

El neumólogo explica que “las sustancias tóxicas presentes en el humo de los cigarrillos son idénticas a los componentes del humo de las cachimbas”. Además, el doctor Jiménez asegura que “la capacidad adictiva que tiene la nicotina de un cigarrillo es la misma que la de la cachimba”.

En el caso de las pipas de agua, se añade el problema de que, además de la nicotina del tabaco o el THC del cannabis, el humo resultante al inhalar por la manguera también contiene compuestos tóxicos como monóxido de carbono, formaldehído, hidrocarburos poliaromáticos, arsénico y plomo, producidos por la combustión del propio carbón al quemarse.

Además, el doctor explica que es habitual que el uso de cachimbas se realice en unión con otras personas y en ocasiones la boquilla que se utiliza para inhalar el humo se comparte, por lo que aumenta la probabilidad de transmisión de enfermedades contagiosas.

Los cigarrillos electrónicos, por su parte, son responsables de contaminar el aire en espacios interiores. Además, cuatro de los metales encontrados en estos aparatos se hallaron con mayores concentraciones que en los cigarrillos tradicionales (sodio, hierro, aluminio y níquel) y cinco de ellos con los mismos niveles (cobre, magnesio, plomo, cromo y manganeso).

Enfermedades

Además del riesgo de padecer enfermedades contagiosas, el neumólogo advierte de que hay estudios poblacionales que demuestran que el consumo de cachimba produce afecciones graves como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o cáncer de pulmón, entre otras.

Jiménez apunta que estas investigaciones reflejan que la probabilidad de padecer este tipo de enfermedades respiratorias aumenta significativamente en los consumidores de cachimba, en comparación con aquellos sujetos no fumadores, y que es similar si lo compara aquellos que fuman cigarrillos convencionales. Asimismo, este tipo de actividades también se relacionan con un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, el nacimiento de bebés con bajo peso o la disminución de la fertilidad