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Almendros en flor en la Quinta de los Molinos
Almendros en flor en la Quinta de los Molinos (Foto: Chema Barroso (MDO))

Almendros en flor en la Quinta de los Molinos: sinfonía de colores y olores para los sentidos

lunes 21 de febrero de 2022, 09:08h
Concepción Carazo / José Brías

Con esta crónica queremos homenajear a nuestro entrañable compañero y amigo Ángel del Río recientemente fallecido. Que disfrutes de los jardines por toda la eternidad. Descansa en paz.

Como cada año llega el Festival de los Almendros a la capital. En el sosegado Parque de la Quinta de los Molinos, jardín incluido en el Catálogo de Parques Históricos y Jardines de Interés, ubicado en el distrito de San Blas-Canillejas y situado entre las calles Juan Ignacio Luca de Tena y Alcalá, siendo uno de los más singulares jardines de Madrid. Su fama se sustenta en los más de 1.500 almendros que en una explosión de floración ofrecen cada invierno una sinfonía cromática de espectacular belleza.

(Foto: Chema Barroso)

Con la luz creciente del invierno florecen los almendros, las precoces flores brotan antes que las hojas, sus estambres se cargan de néctar para banquetes de abejas y del resto de insectos y los almendros consiguen su polinización y una temporada más se perpetúa el ciclo de la vida, un bello espectáculo se ofrece en el jardín. Un paseo para disfrutar con los cinco sentidos, los colores que huelen, los zumbidos que alimentan, los futuros frutos envueltos en armonía y belleza.

(Foto: Chema Barroso)

La Quinta de Los Molinos se divide en dos partes diferenciadas: en su parte norte presenta un diseño paisajista mediterráneo con estanques, fuentes y amplias praderas, además de acoger el Palacete de la Quinta (1925), la Casa del Reloj, los molinos y el invernadero y en su parte sur exhibe un singular esquema agrícola. Especial interés tiene en esta última, la plantación a tresbolilllo, modo en que se encajan los almendros en filas paralelas, de forma que cada árbol de una fila queda frente a un hueco de la fila siguiente; este fenómeno en los meses de enero a febrero ofrece un espectáculo floral digno de verse en pleno centro de Madrid.

(Foto: Chema Barroso)

La climatología cada año se presenta distinta y afecta a la temporada de floración. Cuando las temperaturas son suaves y los días más cálidos de lo habitual, la floración se adelanta; cuando la climatología es más extrema, con días más fríos, la floración se retrasa. Por eso si los almendros florecen en enero, se considera que es una floración temprana; si florecen en febrero, como en este año que los días han sido más calidos, es media, y si florecen en marzo se considera una floración tardía.

(Foto: Chema Barroso)

Los almendros de la Quinta de Los Molinos están ubicados en cuadrados con distintas variedades, separados entre sí por árboles de diferentes especies como almeces, avellanos, cedros, cipreses, eucaliptos, olivos, plátanos, pinos y tilos que les resguardan del viento; acompañados de un paseo peatonal central y otros paseos perpendiculares para viandantes. El parque tiene además una amplia diversidad de fauna entre la que destacan gorriones, jilgueros, mirlos, palomas torcaces, petirrojos, verdecillos, verderones y las invasoras cotorras argentinas entre otras especies.

(Foto: Chema Barroso)

Para acceder al parque puedes utilizar cinco puertas: Por la calle de Alcalá (metro de Suanzes-línea 5 o líneas 77 y 104 de autobuses); por la calle Juan Ignacio Luca de Tena (autobuses de las líneas 114 y 146); por la calle Doctor Zamenhof, por la avenida 25 de septiembre y por la calle Miami. Destacamos también que la mayor parte de sus recorridos son accesibles para personas con movilidad reducida (PMR). Para visitar este parque conviene consultar los horarios de apertura y cierre (habitualmente de 06:30 a 22:00 horas).

(Foto: Chema Barroso)

La Quinta de los Molinos se inició con unos terrenos que el conde de Torre Arias intercambió con el ingeniero y arquitecto César Cort Botí a cambio de unos servicios profesionales a principios del siglo pasado. En 1925 en su zona norte se hizo construir el Palacete y la Casa del Reloj. Posteriormente César Cort, concejal del Ayuntamiento de Madrid, académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid fue consiguiendo más parcelas colindantes hasta conformar un espacio de casi 30 hectáreas para instalar una finca urbana de recreo con zonas de explotación agrícola, donde el agua fue el elemento fundamental para el mantenimiento de las huertas y los jardines; construyó albercas y balsas sobre el arroyo de los Trancos, descubrió manantiales y pozos y edificó los molinos de viento para la extracción del agua. Hecho singular que da nombre a la finca desde su inicio.

(Foto: Chema Barroso)

César Cort falleció en 1978 y La Quinta de los Molinos sufrió un manifiesto estado de abandono. En septiembre de 1980 y tras un convenio urbanístico suscrito por Gerencia Municipal de Urbanismo y los herederos de César Cort, estos cedieron al Ayuntamiento tres cuartas partes de la superficie permitiendo que en el resto del parque se edificaran viviendas de lujo. Desde 1982, este palacete y parque pertenecen al Ayuntamiento y en julio de 2018 se convierte en su primer centro cultural dedicado exclusivamente a la infancia y la adolescencia. Además, el Espacio Abierto Quinta de los Molinos acoge una escuela de hostelería para jóvenes en situación de vulnerabilidad que, junto al profesorado, se encargan de la gestión de la cocina y el servicio de cafetería del centro.

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