'Juego de Tronos' (6x03): Claros y sombras de una temporada clave

No se han andado con las ramas con Jon Snow, si había preocupación sobre que se pasaran varios episodios especulando sobre su futuro, ya no existe ninguna. Jon Snow ha resulcitado y su personaje parece decidido a avanzar. Tras saldar cuentas con los responsables de su muerte, Olly incluido, el Comandante de la Guardia de la Noche deja su puesto y sale decidido del Castillo Negro. ¿Irá finalmente hacia Invernalia junto a un ejército de salvajes? Probablemente. Lo que está claro es que ha tomado las riendas de su futuro. ¿Es él el 'Rompejuramentos' del título? No lo creo, su juramento con los hermanos de la Guardia de la Noche era hasta su muerte y así ha sido.

En la capital, Desembarco del Rey, nos encontramos con otros dos famosos rompejuramentos, los hermanos Lannister. Cersei y Jamie siguen moviéndose para volver a hacerse con el poder. Bajo el amparo de la gigantesca sombra de la Montaña hacen su irrupción en el Consejo Privado que comanda su tío Kevan y la intrigante Lady Olenna de la casa Tyrell. Estos se retiran, con lo que dejan a Cersei y Jamie como una especie de gobierno (ejem, ejem) en la sombra, con los pajaritos heredados de Varys a las órdenes del leal Qyburn. Por su parte, el Rey Tommen decide, finalmente, hacer frente al Gran Septón solo para caer rendido ante su palabrería. Todo hace indicar que en Desembarco del Rey van a pasar muchas cosas.

Otro personaje que, ya era hora, se mueve hacia delante es Arya Stark, tras un entrenamiento que la convierte en una especie de Dare-Devil, la pequeña de los Stark recupera la visión y, aleluya, su pequeña lista de venganza. Muy intrigado por saber qué es lo que nos deparará su futuro. Claro que no es la única Stark que parece avanzar, como ya habíamos visto por el capítulo anterior, Bran nos va a servir para disfrutar de unos más que interesantes 'flash-backs', el de esta semana nos enseña lo que pasó en realidad en la Torre de la Alegría cuando tras el triunfo de la rebelión de Robert Baratheon, Ned Stark llegó para rescatar a su hermana Lyanna, enfrentándose al mítico miembro de la Guardia Real, Ser Arthur Dayne, la Espada del Alba. Casa muy bien con el tono de la serie que éste acabe siendo apuñalado por la espalda por Howland Reed, el amigo de Ned, y que éste, ya totalmente desarmado e indefenso, termine el trabajo. Bran aprenderá que la guerra no es un poema épico sino la más cruel de las tragedias. Sobre su destino, también es uno de los mejores escondidos, pero, al menos, ya sabemos que no se convertirá en un viejo dentro de un árbol...

Por otra parte, tras un par de episodios en que a los chicos Stark parecía que les iban saliendo bien las cosas, Sansa escapando de Ramsay, Arya dejando de ser una mendiga o Jon Snow resucitando, entre otras cosas, los responsables de 'Juego de Tronos' han decidido que ya era hora de volver hacer sufrir a nuestra familia favorita. Tras decapitar al cabeza de familia, masacrar al primogénito, a su mujer y a su hijo no nacido, matar a la madre, entregar a la hija mayor a los dos sádicos oficiales de la serie (terminando con su violación), dejar ciega y sin nombre a la pequeña, dejar paralítico al segundo más pequeño y acuchillar salvajamente al bastardo, ahora el pequeño está en manos del nuevo malo oficial, Ramsay Bolton, junto a Osha y la cabeza de su lobo Peludo. ¿De verdad pensabas que ibas a lograr salir indemne Rickon? Pues puede que sí, y que lo de 'Rompejuramentos' venga por aquí...


Daenerys y Meereen, estancados

Pero no todo son buenas noticias para la serie. Daenerys continúa estancada y su encierro con las viudas de los Dothrakis no parece una gran trama. Ya están tardando los dragones en rescatar a su madre y hacer que todo el pueblo Dothraki se ponga bajo su mando ante su demostración de poderío. En Meereen tampoco se avanza mucho y es una pena, porque allí está el que ha sido, hasta ahora, el personaje más interesante de la trama, Tyrion Lannister. La misma cara de aburrimiento que pone el menor de los Lannister ante la presencia de Missandei y Gusano Gris, o Gussandei, es la que se le pone al espectador cada vez que esta temporada nos llevan a Meereen.

En la reaparición de Sam tampoco hay nada interesante, el pobre se marea en los barcos y lleva a su querida Eli y a su hijo con su (no tan mala) familia. En un momento en el que la serie ya se ha abierto a tantos personajes y están pasando tantas cosas, ¿cómo es posible que se dediquen minutos de pantalla a un momento así? Sobre todo cuando en Pyke nos quedamos sin Rey la semana pasada, cuando Sansa y Bryenne se dirigen al Muro, en Dorne acaba de producirse un golpe de Estado y, además, ¿qué pasó con Meñique? Tres episodios de sexta temporada y todavía no sabemos nada del personaje que mejor estaba sabiendo utilizar sus cartas en el famoso 'Juego de Tronos'. Esperemos que no se hayan olvidado del alumno más aventajado de Maquiavelo que tiene la serie.

En definitiva, con lo visto por ahora en la sexta temporada, vamos hacia el final predicho, Jon Snow es Hielo y Daenerys es Fuego, juntos (posiblemente, con un tercer acompañante a lomos de un tercer dragón ¿Tyrion? ¿Bran?) tendrán que hacer frente a la gran amenaza que, por ahora, sigue sin aparecer en esta temporada, los temibles Caminantes Blancos. Pero, si esto pasa, ¿nos sentiremos satisfechos? ¿Daremos por bueno que una serie que ha basado parte de su éxito en romper las expectativas (hay que recordar que tanto libros como serie comenzaban con Ned Stark de claro protagonista... hasta que le cortaban la cabeza) acabe con un final feliz? Todavía no está claro pero lo que parece evidente es que el viaje hacia allí sigue valiendo la pena.

'Juego de Tronos' 6x04: el lado femenino toma las riendas