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Cartel de 'Avatar: La Leyenda de Aang'
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Cartel de 'Avatar: La Leyenda de Aang' (Foto: Netflix)

Crítica de la serie de Netflix 'Avatar: La Leyenda de Aang': una adaptación descafeinada

miércoles 28 de febrero de 2024, 08:55h

El pasado jueves llegaba a Netflix la última adaptación a acción real de la popular serie de animación 'Avatar: La leyenda de Aang' (Nickelodeon, 2005-2008, no confundir con el blockbuster de 2009 de James Cameron).

Decimos última puesto que ya hay una adaptación a acción real en forma de película dirigida por M. Night Shyamalan, estrenada en 2010 y vapuleada por la crítica. La película de Shyamalan se tomaba muchas licencias puesto que debía adaptar en dos horas los puntos clave de una temporada entera. El traslado a la gran pantalla no funciona y, en 2018, Netflix anuncia un este nuevo proyecto en forma de, una vez más, serie de televisión.

[Este artículo no contiene spoilers sobre la serie de Netflix o la serie original]

La primera temporada de la serie de Netflix, compuesta por 8 episodios de 55 minutos de duración, cubre los eventos de la primera temporada de la serie de Nickelodeon (veinte episodios de 20 minutos de duración). Esta duración similar permite que los acontecimientos de la adaptación no se sucedan tan apresurados como en la película, algo que se agradece en una serie que trata temas poco comunes en un producto infantil/juvenil (guerra, genocidio, imperialismo, colonialismo, totalitarismo, marginalización, opresión, espiritualidad).

Avatar se sitúa en un universo ficticio en que personas que pueden manipular alguno de los cuatro elementos (aire, agua, tierra, fuego) viven en armonía. La paz se rompe cuando la nación del fuego ataca a las otras tres y el único que puede traer el equilibrio es el Avatar, la única persona del mundo con potencial para manejar los cuatro elementos.

Los 4 protagonistas de Avatar

Netflix ha puesto toda la carne en el asador a nivel presupuestario (más de 15 millones de dólares por episodio) y se nota en cuanto a diseño de producción. Los escenarios, vestuario, y CGI lucen estupendamente, y el mundo se siente vivo y real. La mayor parte de los puntos clave de la serie original se tratan en esta adaptación y, aun así, ¿qué ha pasado? Tal vez algunos todavía tenemos la serie original en un pedestal y creamos que ninguna adaptación podrá hacerle justicia pero, por otra parte, no hemos sentido que los cambios y añadidos de este live action nos cuenten nada nuevo, o nos lo cuenten mejor que la serie de 2005. Vaya por delante que esta versión de Netflix no está mal en absoluto y se encuentra a años luz de la de Shyamalan, y que alguien que no suela ver animación podrá disfrutar de una historia y arcos de personaje muy interesantes en acción real.

Pero el espectador más veterano se va a encontrar con un personaje de Aang mucho más soso e inexpresivo que en el anime, donde es un personaje mucho más payasete y divertido. No sabemos cuánto de esto es responsabilidad de los showrunners o del joven intérprete Gordon Cormier (lo que sí sabemos es que Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko, los creadores originales de la serie y productores ejecutivos/showrunners del live action abandonaron el proyecto debido a diferencias creativas). Tampoco esperéis encontrar por ninguna parte el desarrollo de personaje de Sokka respecto al sexismo. Algo especialmente doloroso es que las dinámicas de Aang y Katara se hayan visto cambiadas al reducir mucho sus escenas de aprendizaje de manejo de agua juntos (uno de los pilares centrales de Avatar es que Aang, un maestro del aire, debe aprender a manejar agua, tierra y fuego). Respecto a las coreografías de combate, nos quedamos con la fluidez del material original. Hay ocasiones en las que, sencillamente, la animación es el mejor medio para contar una historia.

Ojo. No todos los cambios introducidos en el live action son un error. Por ejemplo, Azula aparece antes de lo que lo hacía en la serie original, permitiéndonos conocer mejor al personaje; las tramas de Jet y el inventor han sido fusionadas con la de Omashu de manera bastante orgánica. A pesar de ello, llega un momento en el visionado de Avatar en el que hemos pensado “ya sé lo que pasa y me da igual cómo me lo van a contar”.

Con todo, si esta adaptación sirve para que más personas conozcan a Aang, Sokka, Katara y Zuko, estaremos encantados. Y esperamos que Netflix renueve la serie para que en la segunda temporada conozcáis a Toph Beifong.

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