www.diariocritico.com
Succession
Ampliar
Succession

Crítica de 'Succession' 4x10: Larga vida al Rey dinero

lunes 29 de mayo de 2023, 16:07h

Ha llegado el final de 'Succession' y, para el que esto escribe, ha estado a la altura de su excelente reputación. La mejor serie de la actualidad ha terminado y es el momento de hablar de su excelente final.

(ATENCIÓN ESTA CRÍTICA SPOILERS)

Bien, 'Succession' ha llegado a su fin y es un fin terrible y desgarrador, no porque nadie se merezca nada o reciba su merecido, sino porque si haces una serie sobre gente horrible, tienes que hacer un final horrible, uno en el que, como dijo sabiamente Gerri, el dinero (o la banca) siempre gana. Daba exactamente igual quien se sentara en el trono de un Imperio decadente, el dinero siempre se abre paso, no en vano, es el oxígeno de esta sociedad en la que vivimos, y da hasta un poco igual quien ha ganado las elecciones de EEUU, siempre ganan los mismos, los que más dinero tienen en sus bolsillos.

Jesse Armstrong ha entregado un último capítulo que sirve como perfecto resumen de la serie, como en la primera temporada Kendall se queda a un voto en "una gran reunión del consejo" de pasar a ser lo que cree es el destino de su vida, ser el heredero de su padre y convertirse en el CEO de Waystar. Su vida está marcada por ello, su padre se lo prometió a los siete años, "¡soy el mayor entre los chicos!", algo tan patético y estúpido como, además, totalmente falso, el pobre diablo de Connor sigue siendo olvidado por todos, incluso su mujer Willa.

Y es que aquí solo hay un ganador, Matsson, el sueco que se hace con la compañía, aunque ni siquiera eso está especialmente claro. Ha pagado un precio excesivamente alto y su pacto con Mencken se puede ir al garete en el momento en el que aquel no se convierta en presidente de los EEUU, su frase "yo lo sé todo" no puede sonar más ridícula, pero los millones (el oxígeno) están de su parte.

Por otro lado centrémonos en los personajes principales, Kendall ha sido destruido, pero eso no es nuevo en la serie, le hemos visto así varias veces, su futuro parece cíclico, intentando llenar los zapatos de un padre que le quedan enormes. Lo único que ha quedado claro sobre su padre es que la gente herida termina hiriendo a gente. Kendall Roy ni siquiera es una persona trágica, sino simplemente basura bufa, algo a lo que, al menos, sí que llega a la conclusión su hermano Roman.

Roman se da cuenta de que son basura y lo acepta, podrá seguir escupiendo su basura fascista y gastando sus millones heredados sin que le importe demasiado, aunque quemado por dentro por sus asuntos sin revolver con papi. Tampoco le va a mejor a Shiv, la responsable del cambio de decisión más polémico del episodio, la que rompe la exigua tregua entre el trío de hermanos porque tiene claro que quiere a su hermano Kendall, pero tiene todavía más claro que no lo soporta y que no soportaría verle en el puesto de su padre, un padre al que parece dar razón en eso de confiar en ninguno de ellos como sucesor (no son gente seria).

Para colmo el elegido es Tom, su Tom, con el que tiene la relación más tóxica y dolorosa de toda la serie (y eso ya es decir algo en una serie con relaciones como la de Kendall/Rava, Tom/Greg o Roman/Gerri). Encauzados hacia una infelicidad extrema que heredarán sus hijos (aunque al menos, en palabras de ese monstruo que siempre fue Logan Roy, recogidos por esa basura humana que es su hijo Roman, serán "realmente" suyos).

Pero es que el pobre Tom tampoco es un ganador claro, sí, se queda con el puesto más deseado, pero no lo hace por una jugada maestra o un golpe de genio, lo hace porque no tiene principios, ni orgullo, y es la alfombra perfecta para pisotear si lo que quieres es una marioneta a la que manipular. Es un Emperador títere pero, al menos, tiene a su particular Esporo, y puede ser tan cruel con su esposa como ella lo ha sido con él. Como ven, la felicidad absoluta.

Así que, al final, el dinero sigue siendo el Rey, las nuevas empresas tecnológicas se hacen con los viejos imperios audiovisuales, el ciclo continúa y el dinero sigue comprando hombres y mujeres para que le sirvan. Los Roy han perdido, pero no tanto, ellos siguen teniendo el suficiente dinero como para seguir respirando durante trescientas vidas. Eso sí, sus espíritus están rotos y eso no puede repararse con dinero. El mundo sigue y el dinero manda, larga vida al rey.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
0 comentarios