Fallece el peluquero catalán Lluis Llongueras a los 87 años de edad

Este lunes ha fallecido una de las grandes figuras del panorama de la moda mundial, el peluquero catalán Lluís Llongueras. Nos ha dejado este 29 de mayo a los 87 años de edad por un cáncer de garganta. Llongueras desarrolló una prestigiosa carrera que comenzó con tan solo 14 años, siendo ayudante de peluquería en la reconocida Can Dalmau. Y su carácter polifacético le llevó además a ganar una enorme fama como escultor, fotógrafo, escritor y pintor, colaborando incluso con Salvador Dalí en la realización de una gigantesca peluca que actualmente se expone en la habitación que el artista le dedicó a Mae West en el Teatro-Museo Dalí de Figueras.

Nacido en Esparraguera (Barcelona) en 1936, se ganó un lugar en el podio de creadores universales mediterráneos como el propio Dalí, Antoni Gaudí o Ferrán Adriá. Fue fotógrafo, peluquero, diseñador e interiorista. Ningún arte se escapaba de las manos de Llongueras. Un artista que elevó sus trabajos con el cabello al escenario internacional para plasmar los deseos y ambiciones de varias generaciones.

Primer salón de peluquería unisex

Ya en 1958 dio su gran salto profesional abriendo su primera peluquería en Barcelona, la primera piedra de un negocio que llevaría a lo largo y ancho del globo. Pero su carácter rebelde e innovador le hizo entrar en la historia al abrir en 1972 el primer salón de peluquería unisex en España, algo de lo más habitual en la actualidad pero con una enorme división en los años previos a la muerte del dictador Francisco Franco. De hecho, la peluquería para la mujer era como un templo donde podía revelar todas sus confesiones; mientras que el hombre acudía a una barbería para desquitarse de sus propios problemas con los de sus género.

A día de hoy, la marca Llongueras cuenta con más de 50 establecimientos franquiciados en España y 120 salones en todo el mundo, además de los múltiples productos que están a la venta con su nombre.

Entre los reconocimientos que ha recibido a lo largo de su vida destaca la Cruz de Sant Jordi que le entregaron en el año 2000 y la Medalla al trabajo Presidente Macià que le colgaron en 2008. Además, el propio Lluís creó sus propios premios de Periodismo de Moda y quiso ser mecenas de arte. Se va un artista, "el Salvador Dalí del cabello", y comienza su leyenda con su innegable legado.