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Vietnam: un bello país para descubrir
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(Foto: Muriel Feiner)

Vietnam: un bello país para descubrir

miércoles 01 de marzo de 2017, 12:44h

“¡He tenido que ir hasta la Conchinchina para encontrarlo!”: Se hablaba de “La Conchinchina” como un lugar muy, muy lejos y desconocido, incluso hasta imaginario. Nosotros vamos a sugerir un viaje a la Conchinchina de hoy, ¡que existe!, y al que no es nada difícil llegar: Vietnam. Realmente la Conchinchina se componía de varios países: Conchinchina, Vietnam, Laos, Camboya, Indochina, Tailandia y Birmania, y esta metamorfosis geográfica da un poco de idea acerca de la tormentosa y trágica historia vivida por este país, ahora convertido en un destino de moda, cuya gente se muestra abierta, amable, luchadora y muy hospitalaria con los turistas.

Empezamos con un poco de historia, que entraña una cadena de guerras, luchas e invasiones, una tras otra: la conquista china duró mil años desde 111 B.C.; luego llegaron los japoneses; y después, los franceses, durante noventa años, desde 1862 hasta que llegó la independencia. Tras la Revolución de Agosto de 1945, se dividió el país en dos zonas por el “famoso” Paralelo 17: El Norte y El Sur, según el Convenio de Ginebra, con la condición de que llegaran todos a un acuerdo para unificar el país dentro de un plazo de dos años… lo que desgraciadamente no ocurrió. Sucedió otra guerra con el apoyo militar al Vietnam del Sur por parte de los Estados Unidos y otros cuarenta países más, que éstos no ganaron, y el presidente del Norte Ho Chi Ming declaró la unificación e independencia de la República Socialista de Vietnam en 1975.

No obstante, hay otra mejor manera mucho más amable de relatar la historia de Vietnam, que cuentan los locales, una historia entre medio mito y medio verdad. Dicen que el país nació del matrimonio entre un dragón, Lac Long Quan, y un hada, Au Co. De esta unión, nacieron cien hijos y el mayor se convirtió en el primer rey de la dinastía Hung, familia que gobernó el país durante siglos.

Ho Chi Min City, o la antigua Saigón, es la capital del sur del país. También fue conocida en el pasado como “La Perla de París”. Llama la atención la arquitectura de la ciudad, con sus casas relativamente altas pero muy estrechas, una estructura inusual, que se explica porque los propietarios pagan impuestos según la anchura de las fachadas, que no suelen pasar de cuatro metros. La limitada economía también impone el angosto diseño y si una familia vive en el primer piso, tradicionalmente cuando se casan los hijos, suelen ocupar el segundo.

También sorprende en las grandes ciudades que la gente está siempre en la calle. Desayunan, comen y cenan en las mismas aceras, porque la gran mayoría de las familias con pocos medios tienen que adaptarse a vivir en 40 metros cuadrados, sin cocina, y con cuarto de baño común en la planta de abajo, que nos recuerda a las antiguas corralas en España o los tenements de Manhattan de los años treinta del siglo pasado.

Un aviso sobre Saigón que se puede hacer extensivo a todo Vietnam: es una ciudad llena de vida y actividad y la única nota negativa o tal vez curiosa y emocionante es el tráfico y la “misión casi imposible” de cruzar las calles. Ho Chi Minh City cuenta con una población de 7.000.000 habitantes y 4.000.000 motos salen a la calle a diario con “motores acelerados y a lo loco”. Desde luego, aprovechan bien este medio de transporte, porque la familia entera monta –padre, madre y dos niños– y la abuela si hace falta. También vale para transportar sacos de arroz, colchones y hasta una nevera.

Los lugares más notables de visitar en Saigón son la Catedral de Notre Dame, edificada durante el dominio francés para el culto católico, cuya construcción tardó cuatro años, siendo el templo consagrado en 1880. Justo enfrente vemos el antiguo edificio de Correos diseñado por Gustave Eiffel, el mismo de la torre parisina, y atravesar sus puertas es como entrar en el siglo pasado, con viejos y anticuados mapas de la zona en las paredes, y mobiliario, taquillas y cabinas telefónicas de época; todo presidido por un gran retrato de Ho Chi Minh.

La Pagoda del Emperador de Jade está dedicado al “Rey de todos los Cielos”, construida en 1909, para la culta budista. También existen en el país los practicantes de otras religiones, entre ellas, el Taoísmo, el Confucionismo, el Cao Dai y el Islam. En la ciudad hay que visitar el Fito Museo de Medicina Tradicional, donde se puede encontrar algún antiguo remedio natural eficaz para las dolencias actuales; el Palacio de la Reunificación; y el Mercado de Ben Tranh, lleno de colorido y ambiente, donde venden toda clase de productos alimenticios, frutas exóticas, artesanía, telas lujosas, camisetas y recuerdos turísticos.

El Museo de los “Remanentes de la Guerra” es un triste y amargo recuerdo de la trágica historia de este país. Su nombre inicial fue: “Atrocidades de la Guerra”, pero, según dicen se lo cambiaron cuando establecieron relaciones diplomáticas con los Estados Unidos; modificaron el nombre pero no el contenido. La verdad es que lo mejor del museo y lo que no se debe perder es la tercera planta con una extraordinaria colección de fotos de las diversas guerras de Vietnam, entre ellos, el reportaje del célebre fotógrafo húngaro Robert Capa, que murió al pisar una mina mientras cubría precisamente la Guerra de Indochina en 1954 y allí se conserva en el museo el último rollo que tiró antes de morir. [Muy fuerte y no apta para los más sensibles es la exposición de fotos sobre los efectos de la nefasta Agente Naranja en la segunda planta].

La visita del museo concluye con la cárcel en el patio, una guillotina que han dejado los franceses, y tanques y aviones bélicos capturados de las fuerzas estadounidenses. De hecho, en este país cada ciudad conserva y muestra con orgullo patriótico una prisión con amplia memorabilia de las injusticas y opresión sufrida por el pueblo vietnamés.

Después de estos tristes recuerdos, se agradece un tranquilo paseo en barco por el rio Ben Tre, que baña el Delta de Mekong, donde se puede disfrutar de su exuberante vegetación: palmeras, cocoteros, árboles frutales e infinitos arrozales, que no han sucumbido aún a los métodos de cultivo moderno. De hecho, se observa cómo los locales trabajan la tierra y pescan –el otro gran medio de vida de los campesinos-, elaboran artesanalmente estores y otros objetos, y emplean el coco para los más diversos fines: artesanía, pastelitos, confituras, caramelos y un licor con un poco apetecible lagarto flotando dentro de la botella. Una forma deliciosa de disfrutarlo es bebiendo su refrescante y dulce leche desde una pajita metida directamente en un coco fresco.

Vietnam es bendecido con un paisaje exuberante y agua por todas partes. Hay que visitar a Trang An considerado como una verdadera “maravilla del mundo” para añadir a una nueva lista. El viaje de dos horas en un pequeño barco de remos por distintos tramos del río, visitando una docena de cuevas, es una experiencia impresionante con inigualable paisaje, naturaleza y paz, un silencio roto sólo por el golpe rítmico de los remos en el agua.

Este viaje es difícil de mejorar excepto con un placentero e inolvidable crucero por la Bahía de Halong, un espectacular conjunto de casi dos mil islas, islotes o peñascos, distribuido por los 1.500 km2 del Golfo Tonkín, que emana un aura casi mágico y un ambiente de paz, sosiego y belleza natural. Recomendamos una estancia de al menos un día con su correspondiente noche en el Bahía de Halong y si puede más tiempo, mucho mejor. Las aguas tranquilas y el paisaje tan acogedor lo hace una experiencia inolvidable con la posibilidad de nadar en las limpísimas aguas, montar en kayak, hacer snorkel, visitar un pueblo pesquero flotante, etc. Y también puedes aprender a hacer rollos de primavera, hacer ejercicio y practicar Tai Chi a bordo.

Hoy An es un pueblo-ciudad con encanto especial, donde se puede ir andando a todos los sitios de interés: fábrica de seda, templos, e infinidad de tiendas en la zona del mercado, al lado del río, cruzando el puente cubierto japonés. Al otro lado del puente, que tiene más de 400 años, está la ciudad antigua con la Pagoda de Phuoc Kien construida por marineros chinos en el siglo XVII, para venerar a Thien Hau Thanh Mau, la diosa del mar, y la Casa Vieja de Tan KY, que tiene más de dos siglos de historia y una magnifica decoración de la época.

Poniendo rumbo al norte, pasando, cuando el tiempo lo permite, por el Hai Van (Paso de las Nubes) para admirar el espectacular paisaje, llegamos a la Ciudad Imperial de Hue, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. Ciudad amurallada, parecida a la de Pekín, lamentablemente ha sufrido mucho por el paso de los años y las guerras, aunque aún así es una experiencia maravillosa recorrer plácidamente sus 363 hectáreas de jardines y visitar sus construcciones -147 en total-, incluyendo palacetes, templos, pagodas, teatro y la magnífica tumba del emperador Tu Duc.

Y llegamos a Hanoi, el capital del país, que es bastante diferente a Saigón aunque no falta la misma frenética actividad y el bullicio, y la decidida “toma” de la ciudad por las motos. Sus monumentos más destacados son el Mausoleo de Ho Chi Minh (que no se puede visitar por dentro), la Pagoda del Pilar Único, el Templo de la Literatura, la Cárcel de Hoa Lo y el parque y lago de La Espada Restituida, un pulmón y remanso de paz en la ciudad.

El agua está por todas partes y también hay un espectáculo original que merece la pena ver: El centenario espectáculo de “Las marionetas sobre el agua”, en el pueblo de Yen Duc, una simpática presentación musical con títeres que bailan, surgen y desaparecen debajo de las aguas de un estanque en medio de un bonito bosque.

Vietnam es un gran destino turístico, por su paisaje, belleza natural, tradiciones, reconocida gastronomía y su riqueza cultural, y donde se aprende rápidamente una palabra Cam-on (Gracias), para agradecer toda la atención y hospitalidad que brinda su gente a los visitantes.

Muriel Feiner

DATOS ÚTILES:

Cómo llegar: Aeroflot a Moscú y Vietnam Airlines.

Qué comer: La comida es muy rica. Los buffets en los hoteles suelen ser abundantes y popular para desayunar es la clásica y riquísima sopa vietnamita Phi.

Clima: Las temperaturas varían entre 22 a 32º C, refrescándose bastante por la noche.

Voltaje: 220 V con enchufe europeo.

Moneda: No hay monedas y el billete más pequeño es de 1.000 Dong, equivalente a 12 céntimos. Un Euro = 25 VND, o sea, 100.000 Dong es aproximadamente 4 euros. Por lo tanto, es fácil ser “millonario” en Vietnam con ¡solo cuarenta euros!

Compras: Artículos deportivos de la marca The North Face, que se fabrica en el país, sedas, tallados, lacados, objetos de arte, copias de calidad de grandes marcas internacionales…

Consejos: No hace falta vacunas ni visados, pero se recomienda incluir en la maleta: sombrero, chubasquero, repelente de insectos, protección solar y gafas de sol.

Agencia especializada: www.asiatica.com

Hoteles:

Saigón: Paragon Sai Gon

Hanoi: Golden Lotus, céntrico, y cerca de las tiendas que se distribuyen según géneros y contenidos por las distintas calles.

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