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Tres Hermanas, de Chéjov, en adaptación de Juan Pastor
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Tres Hermanas, de Chéjov, en adaptación de Juan Pastor

'Tres hermanas', en hermosísimo montaje de Juan Pastor

jueves 21 de enero de 2016, 17:48h

Decir La Guindalera en el teatro madrileño es hablar de garantía de calidad sobre las tablas. Su última propuesta ha saltado a los Teatros del Canal, y allí se exhibe desde ayer y hasta el próximo día 7 de febrero, la versión sobre el clásico de Anton Chéjov, ‘Tres hermanas’, que ha hecho Juan Pastor -también es suya la dramaturgia y la dirección del montaje-. El resultado puede calificarse con una sola palabra: Magnífico.

Sobre el escenario, once actores extraordinarios, cinco mujeres y seis hombres: Victoria Dal Vera (Olga), María Pastor (Masha), Ariana Martínez (Irina), Raúl Fernández (Andrei), Susana Hernáiz (Natacha), Juan Pastor (Chebutikin), José Bustos (Tusenbach), José Troncoso (Soliony), José Maya (Kuliguin), Carles Moreu (Vershinin) y Aurora Herrero (Anfisa). La dramaturgia, el movimiento de actores, la dicción, la música, el sonido (un trabajo de José Bustos, Escuela de Nuevas Músicas), la poética luz que envuelve cuanto sucede en escena (obra de Sergio Balsera)… Todo, todo contribuye a que las dos horas y media del montaje discurran como si de un par de minutos se tratase.

Todo sucede en un salón comedor con ricos muebles, de una casa aristocrática rusa -la ambientación y el precioso vestuario son obra de Teresa Valentín-Gamazo-. En él pueden verse finos manteles, alfombras preciosas y acogedoras, sillones comodísimos y -por supuesto, no podía faltar…- un piano. Y Juan Pastor quiere establecer un diálogo del teatro con el espectador partiendo de otro diálogo paralelo que sucede en escena (metateatro), ya que, sobre él, una compañía está en plenos ensayos de ‘Tres hermanas’.

La historia es bien conocida, pero no está de más recordarla. Todo comienza en la celebración familiar del santo de Irina (ataviada con un hermoso vestido blanco), la menor de tres hermanas huérfanas, cultas y políglotas (hablan francés, inglése italiano), que viven en una pequeña capital de provincia con el sueño permanente de volver a Moscú. Las otras dos son Masha, -que va enfundada en un elegante vestido negro-, todavía de luto por la muerte años atrás de su padre, y Olga, la hermana mayor.

En la ciudad provinciana está de guarnición una brigada de artillería, que constituye un verdadero estímulo en un ambiente tan anodino y aburrido. Al menos, esa circunstancia permite a sus tranquilos habitantes mantener la ilusión de algo nuevo, y a esa realidad tampoco es ajena la familia Prózorov. Las pocas novedades cotidianas de la ciudad las marcan las habladurías, las borracheras de los jóvenes y menos jóvenes o las historias de amor que surgen entre ellos. En ese ambiente tan poco estimulante, las tres hermanas sueñan con irse algún día a Moscú, ciudad en la que habían vivido, y que las tres recuerdan con verdadera nostalgia. Solo la irrupción en la familia de Natacha(una persona vulgar, con mal gusto y ambiciosa), la mujer de Andrei, el único hermano varón, va a cambiar radicalmente la situación de muros hacia adentro. Poco a poco, Natacha va imponiendo sus criterios y hasta sus caprichos a las tres hermanas y acaba adueñándose de la casa, mientras las tres hermanas miran siempre para otro lado al no querer percatarse de que es Andrei, su pusilánime hermano, el causante de la ruina que va cayendo sobre ellos, y que les llevará hasta el desahucio.

Crisis

En la casa familiar de los Prózorov sobrevuela constantemente una crisis política, económica, social y, sobre todo, personal que afecta a todo un sistema de valores. Todos son una serie de personajes que andan perdidos, buscando un lugar en el mundo que no acaban de encontrar. Bajo la aparente felicidad de quien parece que lo tiene todo, se ha instalado la desesperanza, la desolación, el fracaso y la frustración. Todo allí es trivial, insustancial, pero las tres hermanas no son capaces de pasar a la acción y acabar marchándose de una vez a Moscú… (Irina: “… y la vida pasa y no vuelve. Y nunca vamos a Moscú”).

Juan Pastor establece un claro paralelismo entre los anhelos de las hermanas y la situación de la sociedad española actual. Si aquellas no ven muy claro qué hacer para salir de ese círculo opresivo que supone no tener perspectivas, ilusión y futuro en esa ciudad provinciana, nuestra sociedad aún anda buscando la fórmula mágica que nos permita salir de una crisis que va mucho más allá del desastre económico que venimos atravesando en los últimos años.

El montaje ha sido cuidado hasta el último detalle por Juan Pastor, todo el elenco de actores, y el equipo artístico y técnico, y eso se nota del primer al último minuto de la representación. Son tantos los momentos mágicos del espectáculo, en donde la belleza y la poesía fluyen de forma natural sobre el escenario, que me resultaría imposible glosarlos aquí en solo unas líneas. Quizás el más poético de todos ellos sea el baile alrededor de Irina, durante los carnavales.

La pasión y la entrega de todo el reparto de la obra hace tambiéndifícil apuntar hacia alguno de los actores, pero son las tres hermanas y su cuñada quienes mantienen una hermosísima lucha interpretativa, en la que todas salen ganadoras: Victoria Dal Vera, María Pastor (deliciosa su interpretación por la riqueza de los numerosos recursos que emplea -gestuales, corporales y de voz), Ariana Martínez y Susana Hernáiz. Y entre el reparto masculino ponderamos la humanidad de un tiernoChebutikin (Juan Pastor), y del graciosísimo Soliony (José Troncoso).

Si, como parece, La Guindalera no está pasando por su mejor momento económico, hasta el punto de que anda rondando por la cabeza de sus impulsores la posibilidad de echar el cierre a la sala, y con él a todo este hermoso rosario de obras de calidad que ha puesto en pie en los muchos años de trabajo serio y riguroso, acudir a ver ‘Tres hermanas’ es hoy tanto una ineludible necesidad, como el deber de todo amante del teatro. El montaje, desde luego, concitará la unanimidad de crítica y público para señalarlo como uno de los mejores de la temporada 2015/16. Si no corres, desde luego, te quedarás sin entrada (https://www.youtube.com/watch?v=aH-wYHdvPMs).

‘Tres hermanas’, de Anton Chéjov

Adaptación, dramaturgia y dirección: Juan Pastor

Intérpretes: Victoria Dal Vera, María Pastor, Ariana Martínez, Raúl Fernández, Susana Hernáiz, Juan Pastor, José Bustos, José Troncoso, José Maya, Carles Moreu y Aurora Herrero

Iluminación: Sergio Balsera

Espacio sonoro: José Bustos, Escuela de Nuevas Músicas

Vestuario y ambientación: Teresa Valentín-Gamazo

Ayudante de dirección: Aurora Herrero

Adjuntos a la dirección: María Pastor, José Bustos y José Troncoso

Producción: Teresa Valentín-Gamazo

Teatros del Canal

Hasta el 7 de febrero de 2016

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