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Crítica de la película

'Kiseki (Milagro)': Aquellas pequeñas cosas

'Kiseki (Milagro)': Aquellas pequeñas cosas

jueves 19 de abril de 2012, 12:27h
'Kiseki (Milagro)' es una película ligera, optimista y tierna, eso llevará a que los talibanes de los festivales de cine la califiquen de obra menor. Ya se sabe si una película no te remueve el estómago o te deja los ojos inundados de lágrimas no se la puede calificar como buena. Claro que el error viene de confundir el tono amable de la película con su supuesta superficialidad y 'Kiseki' puede pecar de algunas cosas pero no de banal o superficial. Puede que sea una película sencilla, pero es precisamente esa sencillez su mejor virtud, ya que esta película nos habla de, como decía Serrat, "aquellas pequeñas cosas". Esas que hacen que lloremos cuando nadie nos ve.
El japonés Hirokazu Kore-eda, un fijo de los grandes festivales de cine, se vuelve a adentrar en el universo infantil aunque desde una óptica muy diferente a como lo hizo en el 2004 con 'Nadie sabe'. El drama deja paso a la comedia pero en ambos casos a través de una naturalidad nada recargada, buscando la espontaneidad de sus jóvenes actores, robándoles expresiones sinceras que hacen subir muchos enteros estas películas. 

La excusa argumental de 'Kiseki' es mínima, dos hermanos, hijos de una pareja divorciada. viven separados: uno con su madre en Fukuoka, y el otro con el padre en Kagoshima. El mayor de ellos escucha una historia sobre la posibilidad de que cuando dos trenes de alta velocidad se crucen se pueda pedir un milagro. A partir de esta anécdota Kore-eda construirá una fábula infantil de esas que van cogiendo poso a lo largo del metraje. El director se toma su tiempo, e incluso mete algunas escenas de más, para construir su historia, aun así su guión fue premiado en el pasado Festival de San Sebastián. El único pero de la película es que podría haber reducido su duración, acortando algunas escenas innecesarias fuera de los dos niños protagonistas.

En la vivacidad de estos, los hermanos en la vida real Ohshirô Maeda y Koki Maeda, está una gran parte del éxito de la película. Lo curioso es que no se trata de la espontaneidad de no profesionales como en el neorrealismo, sino que los hermanos Maeda forman un famoso dúo cómico japonés. En su interpretación se puede ver un reflejo de los protagonistas de 'Buenos días' del gran Yasujiro Ozu, lo que es todo un piropo para la obra de Kore-eda. En cuanto al resto del reparto el resto de chavales está a la altura de los protagonistas.

Kore-eda ha afirmado que 'Kiseki (Milagro)' está realizada para que la vea su hija cuando tenga 10 años, de ahí su tono suave e infantil. Evidentemente la película está llena de buenos sentimientos y optimismo, esto no la quita un ápice de profundidad, porque en la sencillez de las pequeñas cosas es donde reside la gracia de la vida, a pesar de que los deseos y los milagros rara vez se hagan realidad.

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