Vamos progresando. No sé de qué nos quejamos. Este martes sólo salieron a hombros dos de los tres coletudos, Miguel Ángel Perera y Juan Leal. Porque es menester recordar que el lunes lo logró la terna de novilleros al completo y el mayoral. Eso sí, en cuanto a los espadas, tampoco hicieron méritos para tal óbolo presidencial, respaldado en parte por los espectadores, que no buenos aficionados (especie casi extinguida también en Albacete). Otra coincidencia es que los toros, en general, estaban más qe correctamente presentados como los novillos del lunes…que no es poco, aunque también de catadura posmoderna: escasos de casta y fuerza. Al extremeño y al francés no les acompañó un Ginés Marín desdibujado y nada partidario de los alardes espectaculares y populistas.
En semejantes efectos el rey, a mucha diferencia, es Leal, y tiene mérito lo suyo, idéntico demérito a la usía Genoveva Armero, otrora exigente y ahora tan blanda y orejera como su compañero Joaquín Coy. Lo del meritaje del diestro viene a colación porque alcanzó el milagro de abrir la Puerta Grande sin un muletazo semejante al clasicismo y la ortodoxia. Lo suyo son los circulares y las espaldinas casi siempre con la suerte descargada y el pico de la muleta, un menú que para postre ofrece meterse entre las astas de los bichos cuando ya están casi moribundos. Tras semejante vulgarité, despenó a ambos con espadazos nada ortodoxos y obtuvo el regalo de un trofeo en los de su lote, en el segundo ni siquiera con mayoría de pañuelos.
El idilio de Perera con Albacete viene de lejos, de sus tiempos de figura, cuando cuajó grandes faenas. Incluso fue nombrado pregonero del ciclo taurino. El extremeño, inédito con el trotón de movimiento cochinero que abrió función, se desquitó en el otro que lucía movilidad y un punto de codicia. Superó poco a poco su cabeza derrotona para someterlo y destacó su postrera serie de naturales y los cambios de mano con quietud. Nada del otro mundo, máxime después de una estocada desprendida. Pero el cotarro pidió el doble trofeo -con algunas protestas respecto al segundo- y la ahora blandita presidenta consideró que sí era faena de doble premio.
Marín navega en su tauromaquia por otros derroteros intentado siempre el clasicismo. Tranquilo y relajado, no lo alcanzó con su primero salvo una tanda en un rodalico de terreno. Más desanimado y tristón anduvo en el último con el que no estaba a gusto y como no es torero amigo de los alardes de cara al público cortó pronto.
FICHA
Toros de LA PALMOSILLA, de buena presencia aunque con más volumen que trapío, mansos -excepto 4º-, nobles y flojos. MIGUEL ÁNGEL PERERA: palmas; dos orejas (salió a hombros).- JUAN LEAL: oreja; oreja tras aviso (salió a hombros). GINÉS MARÍN: silencio tras aviso; silencio. Plaza de Albacete, 12 de septiembre, 5ª de Feria. Dos tercios de entrada.
Si (
No(
A favor (
En contra (
.jpg "Crítica de la obra de teatro 'La madre': la infelicidad se instala en casa")
