Una estadística engañosa en lo artístico. Porque, claro, con cinco trofeos cortados puede imaginarse que se disfrutó de grandes faenas a lo largo de la tarde. Pues no. La explicación es más sencilla: en el bello coso neomudéjar albaceteño se instaló una tómbola que, como el lunes, regalaba orejas a tutiplén. Incluso sin comprar boletos, que puede entenderse con el típico humor surrealista de la tierra. El caso es que el encierro de Montealto, con ejemplares cuajados, serios -pero blandos- y noblotes, propicio para bordar el toreo, no lo aprovecharon como debían los placeados y próximos a sus respectivas alternativas Manuel Caballero y Aarón Palacios, al margen de su regalada salida a hombros.
El local, que tiene el buen concepto que heredó de su padre del matador de idéntico nombre, figura en los 90, apostó por la cantidad en ambos en labores movidas y con altibajos premiadas excesivamente -y sin abrumadora petición mayoritaria. Hasta el punto de que en su segundo no hubo ni un olé ni solicitud de música y sí tibias protestas por la concesión del óbolo (perdón, trofeo) por parte de los paisanos, por ese mal presidente que es el veterano Joaquín Coy. De similar guisa, añadiéndole frialdad, obró el maño en su primero.
Mejoró en el boyante quinto, merecedor de escribir el Cossío con él, y Aarón sólo apuntó unos renglones en un par de series de redondos y naturales con cierta largura. Eso sí, lo despenó de una gran estocada que de por sí, merecía una oreja, una. Pero la tómbola es la tómbola. Debutaba con picadores un Nicolás Cortijo, destacado exalumno de la Escuela Taurina de Albacete, quien quedó inédito con el inválido primero, siempre hocicando la arena y al que no pudo extraerle ni un pase -no se exagera-, antes de dejar una estocada efectiva.
Sorprendentemente el usía -que en tarde de grandes ‘aciertos’ similares cambió el tercio del último de forma antirreglamentaria, pues el novillo sólo llevaba clavadas tres banderillas- le otorgó una tan bochornosa oreja -sin petición suficiente se insiste- que ni en la peor plaza de talanqueras se habría concedido; un oprobio para Albacete. En el que cerró el festejo, Cortijo brilló con un ajustado quite por saltilleras y aunque no dejó nada en el recuerdo, seguro que le habría tocado una oreja en la tómbola, pero era imposible después de cinco pinchazos y una estocada.
FICHA
Novillos de MONTEALTO, con trapío, nobles y flojos; 6º, sospechoso de pitones. MANUEL CABALLERO: oreja; oreja con algunas protestas (salió a hombros). AARÓN PALACIOS: ovación; dos orejas (salió a hombros). NICOLÁS CORTIJO: oreja con algunas protestas; ovación. Plaza de Albacete, 9 de septiembre, segunda de Feria. Dos tercios de entrada.
Si (
No(
