Un grupo de científicos de Francia, Italia, Reino Unido y Taiwán ha identificado un nuevo camino por el cual la aspirina podría reducir la propagación de ciertos cánceres al liberar la actividad de células inmunes.
Este hallazgo, publicado esta semana en la prestigiosa revista científica 'Nature', fue realizado por 35 expertos y podría sentar las bases para nuevos tratamientos y refinar el uso de la aspirina en pacientes.
Los autores destacaron que el descubrimiento fue fortuito durante su investigación sobre cómo el cáncer se propaga. "La metástasis es la propagación de células cancerosas desde tumores primarios a órganos distantes y es la causa del 90% de las muertes por cáncer en todo el mundo. Las células cancerosas que producen metástasis son especialmente vulnerables al ataque inmunológico, ya que inicialmente se ven privadas del microambiente inmunosupresor que se encuentra dentro de los tumores establecidos", explican en el resumen del estudio, cuyo equipo directivo fue liderado por la Universidad de Cambridge.
Los científicos analizaron previamente 810 genes en modelos animales para determinar cuáles influyen en la metástasis. Entre estos, identificaron 15 genes que tenían un impacto significativo, destacando uno que produce la proteína ARHGEF1. Descubrieron que los ratones sin este gen presentaban menos metástasis en órganos como los pulmones y el hígado. Esto se debió a que ARHGEF1 inhibe la capacidad de las células T -un tipo de células inmunes clave- para reconocer y eliminar células cancerosas que se separan del tumor principal.
Cáncer de mama, de colon o de próstata
La aspirina y otros inhibidores de la enzima COX-1 -como los utilizados en el estudio- reducen la producción de TXA2. Al hacerlo, permiten que las células T actúen con mayor eficacia contra las células cancerosas que intentan colonizar nuevos órganos. "De esta manera, la aspirina no solo actúa contra el dolor o los coágulos, sino que podría desbloquear la capacidad del sistema inmunológico para combatir la metástasis", explicaron los autores.
El estudio vincula este mecanismo con resultados clínicos previos. Estudios en pacientes con cáncer de mama, de colon o de próstata mostraron que el consumo diario de dosis bajas de aspirina se asociaba a menor propagación tumoral. Sin embargo, hasta ahora no se sabía la razón. "Ahora sabemos que su efecto anticoagulante también tiene un impacto inmunológico directo", destacaron.
Efectos secundarios
Los investigadores advierten que, aunque los resultados son prometedores, la aspirina puede causar efectos secundarios graves como sangrados internos. Por esta razón, se están realizando ensayos clínicos para determinar su uso seguro en pacientes. "Las personas no deben autoadministrarla sin consultar a su médico, especialmente si padecen otras condiciones de salud", recalcaron.
La publicación de este hallazgo coincide con el impulso de nuevos estudios clínicos que exploran el potencial de la aspirina en la prevención de metástasis. Además, el mecanismo descubierto podría guiar el diseño de medicamentos más específicos y eficaces para reforzar la respuesta inmunológica en pacientes con alto riesgo de propagación tumoral.
La aspirina, conocida principalmente por sus propiedades antiinflamatorias y anticoagulantes, podría convertirse en una herramienta adicional en la lucha contra la metástasis. Sin embargo, los expertos insisten en que su uso debe ajustarse a protocolos médicos rigurosos para minimizar riesgos.
Este descubrimiento llega en un momento crítico, ya que el 90% de las muertes por cáncer ocurren cuando las células malignas logran propagarse a órganos vitales.
Los próximos pasos incluyen evaluar este mecanismo en humanos y explorar combinaciones con terapias inmunológicas existentes.
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