Justo antes de entregar el premio más importante de la Gala de los Goya, el de mejor película, el cineasta Pedro Almodóvar cargó contra el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo de Vox, (aunque no citó su nombre directamente) por calificar de "señoritos" a los integrantes del cine español, diciendo que el sector "devuelve el dinero recibido como anticipo con creces".
Y añadió: "A este hombre le voy a decir lo obvio y es que el dinero que los cineastas recibimos como anticipo lo devolvemos con creces al Estado, a través de impuestos y seguridad social, además de crear miles de puestos de trabajo", ha concluido.
García-Gallardo, que estuvo presente en la gala, aseguró el viernes que "los señoritos son los que quieren vivir de producir obras cinematográficas que luego no ve nadie a costa de millones y millones de euros que pagan con mucho esfuerzo los contribuyentes españoles".
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Pero el director castellanomanchego no fue el único en contestar al dirigente de Vox. El ministro de Cultura, Ernest Urtarsun, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, declararon que en la industria del cine "no hay señoritos", sino "trabajadores que son un orgullo para el país".
"Tal vez a algunos les gustaba más la época del NODO, no gusta la época en la cual hacemos grandes producciones cinematográficas, hacemos récord de producción de cine y nuestros trabajadores del mundo audiovisual hacen una excelente labor y tienen todo nuestro apoyo", continuó Urtasun.
El cine sale en defensa del producto español
Además, numerosos intérpretes y otros profesionales del entorno audiovisual salieron al paso de las críticas vertidas por García-Gallardo.
"Él solo se retrata, la cultura es lo más barato, lo que tiene menos subvención, si se fijara en lo que gastan los gobiernos ingleses, franceses... nosotros somos los pobres de la película", señaló la actriz Marisa Paredes.
La cultura "se tiene que subvencionar", ha advertido el actor Enric Auquer, nominado como mejor actor protagonista por su papel en 'El maestro que prometió el mar', convencido de que se trata de "un espacio precioso de reflexión y de encuentro, de crear relatos colectivos".
En la misma línea de apoyo útil y necesario se ha manifestado el director Pablo Berger, nominado al Óscar en la categoría de mejor película de animación por 'Robot Dreams'. "Lo importante es mirar a Francia en temas relacionados con el cine: el arte y la cultura es un tema de Estado y todos los partidos tienen que apoyar el cine", ha afirmado tajante.
Por su parte, la directora Isabel Coixet, nominada a la mejor dirección por 'Un amor', matizó que son muchos los sectores subvencionados además del cine y que, en su caso, de señorita no tiene nada: "Vengo de la clase trabajadora, todo lo que tengo lo he ganado con mi esfuerzo", puntualizó.
Y ha recordado que desde siempre a los cineastas les han llamado de muchas formas despectivas, "pero no somos ni titiriteros ni señoritos", mientras que sobre Vox entiende que su presencia "está muy bien para que vean lo que somos".
A este respecto la actriz Sara Sálamo explicó: "Es una industria en la que se trabaja muchísimo, muchísimas horas, no hay que menospreciar el trabajo de nadie", ha declarado a los periodistas durante el photocall previo a la gala. Y añadió: "Lo que hay detrás es una gran cantidad de familias que viven de la cinematografía".
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