La película de Juan Antonio Bayona, 'La sociedad de la nieve', alcanzó en la 38 Gala de los Premios Goya registros históricos al ganar 12 estatuillas, situándose como la tercera película del cine español con más cabezones, sólo por detrás de 'Mar Adentro' (14) y 'Ay, Carmela' (13).
Para Bayona, el premio a la mejor dirección supone su 4º premio en esta categoría, otro récord, y al recogerlo defendió sobre el escenario el cine en salas, aunque también agradeció a Netflix que financiara su aventura.
Asimismo, 'La sociedad de la nieve' no tuvo rival en las categorías técnicas y se llevó los Goyas a mejor montaje, mejor dirección de fotografía, mejor dirección de arte, mejor diseño de vestuario, mejor dirección de producción, mejores efectos especiales, mejor maquillaje y vestuario y mejor sonido.
Igual que el de mejor actor revelación para el joven actor argentino Matías Recalt, que le dedicó el premio a su recientemente fallecimiento padre.
No obstante, la segunda favorita fue la película de la directora Estibaliz Urresola, '20.000 especies de abejas' que se llevó 3 Goyas, entre ellos el de mejor dirección novel.
Urresola aprovechó la entrega de este premio para explicar de qué trata su ópera prima: "La película habla sobre la importancia de nombrar las cosas. Por eso es importante decir que lo que está sucediendo en Gaza es un genocidio".
A su vez, se llevó el Goya a mejor guion original por su delicado retrato de una infancia trans, que se inspiró en el suicidio de un adolescente vasco presisamente por no sentirse acompañado por su entorno en este proceso.
Y a esta alegría de la colmena se sumó el Goya a la mejor actriz revelación para Ane Gabarain, entregado por Sofía Otero, la niña-milagro protagonista del filme que no podía optar a un premio por las normas de la Academia de Cine que impiden la nominación de los menores de 16 años.
"Gracias a todas la personas trans", exclamó Gabarain. Y añadió: "Por acercarme a esa lucha me ha hecho mejor actriz y persona. ¡Y viva la diversidad!".
David Verdaguer y Malena Alterio, mejores actores protagonistas
David Verdaguer (o Eugenio, indistinguibles en 'Saben aquell') se llevó el Goya al mejor actor, el segundo para el actor tras el de reparto por 'Verano 1993'.
El catalán dedicó el premio a los humoristas de este país "que hacen un trabajo muy serio". Y se acordó de su referente en la película: "Eugenio tenía muchísimo miedo, todos lo tenemos, pero lo aparcamos y hacemos películas que sirve para que los que la ven aparquen su miedo un ratito".
La Academia hizo justicia a Malena Alterio al entregarle de una vez por todas el Goya a mejor actriz por 'Que nadie duerme', la película de Antonio Méndez Esparza que juega sobre el filo de la realidad y la ficción y en la que la actriz transita entre varias emociones: frustración, resiliencia, esperanza o venganza, entre otras.
El regreso del genio Víctor Erice con 'Cerrar los ojos' -que no asistió a la gala- tampoco se fue de vacío: ganó el premio a mejor actor secundario con el papel de José Coronado , que justo interpreta a un actor amnésico consigue sanarse con el séptimo arte.
"Esta es la guinda de una tarta que ya nos hemos comido", declaró el actor, ganador del Goya al mejor actor en 2012 por 'No habrá paz para los malvados'. "Esto es gasolina para seguir trabajando con humildad y sin quejarme de nada. Soy un privilegiado", sentenció.
La película de animación 'Robot Dreams' de Pablo Berger -quien triunfaría hace 12 años con su 'Blancanieves'- sumó al premio de mejor película de animación el de mejor guion adaptado por su agridulce historia de amistad y pérdida encarnada por un robot y un perro.
"Larga vida al cine en los cines", reinvindicó Berger, cuya película también aspira los Premios Oscar.
La invitada de honor fue presentada por el más premiado
Bayona también protagonizó otro de los momentos de la noche al presentar a una agradecida Sigourney Weaver, que no sólo elogió al cine español y el reconocimiento recibido por su Goya Internacional, sino que alargó su discurso para recordar a María Luisa Solá, la atriz de doblaje que la ha interpretado en más de 30 películas. E incluso confesó que Bill Murray le dijo una vez que sus interpretaciones eran mejores dobladas al español.
Y la diversidad de los galardones se justifico también con Janet Novas al recibir el premio a mejor actriz revelación por 'O Corno' que obtubvo la Concha de Oro en San Sebastián por el papel de una mujer que ayuda en partos y abortos clandestinos en la Galicia rural de los años 70.
Y de las cintas nominadas a mejor película, 'Un amor', de Isabel Coixet, se quedó sin nada.
El #SEACABÓ y Gaza se cuelan en los Goya
La gala denunció el acoso en el cine mediante unos abanicos que tenían impresa la frase #SEACABÓ: "Hay que revisar de manera profunda las estructuras que los permiten", expresó la cantante y presentadora de la gala Ana Belén.
"Aquí en el cine, también se acabó", anunció firmemente la artista.
Pero las protestas no acabaron ahí, sino que hubo llamamientos a la paz en Palestina, tanto de manera silenciosa, a través de unas pegatinas con sandías que ponía 'Stop comercio de armas' y llevaban pegadas en la mano varias figuras de la alfombra roja o discursos directos como el de Alba Flores.
Sin olvidar una de las tristes realidades de la capital que fue homenajeada con el premio al mejor cortometraje de ficción por 'Aunque es de noche' de Guillermo García López que habla sobre la Cañada Real.
"Hoy casi 4.000 personas de las cuales la mitad son niños y niñas viven sin suministro eléctrico. Asumamos nuestras responsabilidades y privilegios. Esto una flagrante violación de los derechos humanos. Nos miran desde cerca y nosotros desde el cine no miramos desde otro lado", exclamó indignado.
O la reclamación de los derechos LGTBI+ de Rigoberta Bandini, ganadora del Goya a la mejor canción por 'Yo solo quiero amor', banda sonora de 'Te estoy amando locamente': "A todas las han llamado bolleros o maricones y todas han tenido que esconder por encajar. Nunca más vulnerarán vuestros derechos".
Y es que la música fue uno de ls hilos conductores de una ceremonia que en general fue bastante sobria, pese a que Ana Belén se unió a los Javis para homenajear a la fallecida Concha Velasco cantando 'Mamá quiero ser artista' y 'La chica ye-ye'.
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