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Miguel Ángel de Andrés ha trabajado durante más de cinco años en este interesante libro

El autor del libro, en el centro, durante la presentación del mismo junto al resto de componentes de la mesa.
El autor del libro, en el centro, durante la presentación del mismo junto al resto de componentes de la mesa. (Foto: Luis Checa)

Brillante presentación de una magnífica y documentada obra sobre el proceso de la desamortización de Madoz en Colmenar

Proceso Histórico de la Transformación Socio-Económica de Colmenar Viejo y sus Pueblos de Influencia. La Desamortización de Madoz como Impulsora del Cambio

Con máxima brillantez vio la luz ante los colmenareños este documentado e interesante libro del que es autor el sociólogo y DEA Miguel Ángel de Andrés Santos, que logró reunir a un importante número de paisanos el domingo 5 de septiembre en la presentación, en el Hostal de esta localidad, de 'Proceso Histórico de la Transformación Socio-Económica de Colmenar Viejo y sus Pueblos de Influencia. La Desamortización de Madoz como Impulsora del Cambio'. El acto que fue presentado por el antropólogo social, historiador y profesor de la UNED Roberto Fernández Suárez. Estuvo acompañado por Álvaro Soto Carmona, catedrático y profesor de Historia contemporánea de la UAM, autor del prólogo de la obra; la profesora de la UCM Laura Rodríguez Peinado, Profesora Titular y Vicedecana de Estudiantes y Extensión Universitaria, del Departamento de Historia del Arte de la UCM, y del historiador e impulsor de innumerables actividades culturales locales, Mariano de Andrés Santos. El autor de la obra, que suma a otras sobre la historia de Colmenar en general y su tauromaquia en particular, ha dedicado más de un lustro a la misma.

Miguel Ángel de Andrés, comenzó agradeciendo la presencia de los asistentes y sobre todo de los componentes de la mesa, así de las múltiples personas que le han ayudado en los años de investigación del tema de esta publicación, para seguidamente pasar a resaltar la importancia del periodo a que se refiere su libro y al desconocimiento general que hay de aquel momento de la historia, que considera fundamental para conocer periodos posteriores, en este caso en el nivel local y comarcal.

Explicó que la obra, de investigación histórica, consta de tres volúmenes, con gran número de cuadros y gráficos en los que se ha narrado los procesos históricos ocurridos en varios pueblos de la Comarca (Colmenar Viejo, Chozas de la Sierra, Manzanares el Real, Cerceda, El Boalo, Matalpino, Becerril de la Sierra y Moralzarzal) a los largo del siglo XIX. Y las transformaciones que se dieron en ellos, debido en gran parte, a la pérdida de las propiedades municipales propiciada por la desamortización de Madoz, pasando en su gran mayoría a manos de una élite económica y social.

También, precisó que como principios fundamentales para hacerse una idea general del libro, y atendiendo a las definiciones conceptuales de varios autores de las ciencias sociales, lo que se debe considerar como método, para entender que es un cambio social, hemos de tener en cuenta varias cuestiones:¿Cómo era antes? ¿Cómo cambia? ¿Por qué? ¿Cuál es la naturaleza o característica del cambio? ¿En qué consiste el proceso? ¿Qué forma resulta? ¿Cuándo podemos decir que una sociedad ha cambiado? ¿Qué sentido tiene decir que un municipio o una comarca han cambiado? A todas estas preguntas se intenta responder a lo largo de las páginas de estos volúmenes.

Esta nueva obra histórica, dijo, que ahora se presenta, espero sea de gran interés para los aficionados y para los investigadores de los acontecimientos históricos de nuestros pueblos, ya que se adentra en un tiempo y unas formas, que hasta el momento se habían abordado escasamente, narrando y poniendo en conocimiento como se articuló y se expandió la primacía patrimonial de poderosas familias colmenareñas.

Nobleza y criadores de ganado de lidia

Incluyendo como más representativas las familias dedicadas a la cría del ganado de lidia, además de otros compradores, entre los que no faltaron representantes de la nobleza, que fueron los adquisidores de fincas y dehesas en la multitud de subastas que se realizaron para la adjudicación de lo que dio en llamar Bienes Públicos, una vez que ya habían sido expropiados, en este caso, a los ayuntamientos.

¿Por qué y no otros pueblo centraron la atención de estos compradores? Se preguntó el ponente, para continuar respondiéndose, que en eso jugó una función fundamental los espacios geográficos llamados Enclaves, que como es conocido son espacios, normalmente de considerable extensión, ubicados lejos del municipio al que pertenecen administrativamente. Tienen enclaves: Becerril de la Sierra, El Boalo,Cerceda, Matalpino, Manzanares el Real y Moralzarzal; y la mayoría de ellos se encuentran muy cerca del término de Colmenar Viejo.

En otro momento se refirió a la grave situación social y económica el cambio de propiedad de las fincas del común, aportando distintos datos del tema, y que la solución años más tarde con la urbanización de las calles de Madrid y la construcción de la línea férrea del norte, y después, el tren a Colmenar Viejo, que demandaron un abundante volumen de la piedra, que en grandes cantidades, se dan por estos parajes serranos, además también, la construcción de los canales de Isabel II y Santillana demandaron mucha mano de obra, siendo un alivio para muchos vecinos. La transformación social y laboral se había realizado y creado un importante número de jornaleros de la construcción.

Para finalizar su intervención, puso en conocimiento de los asistentes, cómo y a qué dedicaron los ayuntamientos el dinero que recibieron por la subasta de sus fincas. Esos importes, dijo, se los entregaron en títulos de la deuda pública, que se tuvieron que depositar en la Caja General de Depósitos, la cual con una periodicidad anual, no siempre exacta, les pagaba los réditos. Si necesitaban cierta cantidad de su depósito para pagar deudas o hacer una inversión había de pedir autorización al Gobernador Civil, que no siempre lo condecía.

Cerró citando el ejemplo del ayuntamiento de Colmenar Viejo, que gasto prácticamente la totalidad de ese capital en dos proyectos de cierto interés; por un lado en la creación de un Pósito a metálico para dar préstamos a los agricultores locales, que según el catedrático Criado y Manzano, funcionaba muy bien, y por otro lado, para la traída del agua corriente desde el canal de Santillana hasta el pueblo, además de la creación, en las afueras del casco, de un lavadero municipal. Finalmente el moderador dio paso a las preguntas de los asistentes antes de dar por finalizado el acto.

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