Los mercados encaran una semana decisiva marcada por una intensa agenda de política monetaria y diplomacia económica. Las decisiones de la Reserva Federal hoy, y del Banco Central Europeo mañana, se combinarán con una cumbre clave entre los líderes de Estados Unidos y China, que podría redefinir el rumbo de la política comercial global.
La reunión bilateral, prevista en el marco de la APEC, llega tras meses de tensiones por las restricciones chinas a la exportación de tierras raras y la prolongada guerra arancelaria. El encuentro se percibe como una oportunidad para consolidar una tregua que expira a comienzos de noviembre, mientras Washington busca reanudar las exportaciones agrícolas y abordar temas de seguridad vinculados al tráfico de fentanilo. Las expectativas de un acuerdo son moderadas y el mercado confía en un gesto de distensión, aunque persiste el escepticismo ante la imprevisibilidad de la política comercial estadounidense.
En paralelo, la reunión del Banco Central Europeo se perfila como un ejercicio de contención y prudencia. Con los tipos de interés en el 2%, el organismo parece dispuesto a mantener su postura actual, evitando anticipar el cierre del ciclo de flexibilización monetaria. El consenso del mercado apunta a que la institución optará por una comunicación continuista, subrayando la incertidumbre de las perspectivas económicas y la necesidad de evaluar más datos antes de cualquier giro. Aunque se reconoce que los riesgos de crecimiento permanecen equilibrados, la moderación de la inflación y la estabilidad de las expectativas refuerzan la percepción de que el listón para nuevos recortes de tipos es elevado.
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