Los mercados reaccionaron con volatilidad tras el informe de inflación en Estados Unidos, que superó las expectativas en enero. El índice de precios al consumidor subió un 0,5% mensual y un 3,0% anual. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, también mostró un incremento significativo, alcanzando un 3,3% anual.
Entre los sectores con mayores incrementos destacan la vivienda, con un aumento del 0,4% en el mes, y la energía, que subió un 1,1%. Además, el índice de gasolina registró un alza del 1,8%. Estos datos reafirman la postura de la Reserva Federal de mantener una política monetaria restrictiva. El presidente de la Fed, en su segundo día de comparecencia ante el Congreso, reiteró que no hay prisa por reducir los tipos de interés y enfatizó que la inflación sigue siendo una preocupación. También señaló que la entidad esperará señales claras de una desaceleración sostenida antes de realizar ajustes en la política monetaria. El mercado de bonos reflejó esta situación con un aumento en los rendimientos. El del bono del Tesoro a 10 años se incrementó a 4,65% desde el 4,54% de la apertura, mientras que el rendimiento del bono a 2 años subió a 4,37% desde el 4,28%.
Paralelamente, la Administración estadounidense intensificó su postura proteccionista con la aplicación de aranceles recíprocos. Esta medida, que busca igualar o superar los gravámenes impuestos a exportaciones estadounidenses, ha generado tensiones con socios comerciales clave como la Unión Europea, Japón y China. Estas políticas podrían avivar las presiones inflacionarias y desacelerar el crecimiento económico global.