El BCE ha recortado los tipos de interés siete veces desde junio del pasado año y otro recorte mañana está casi totalmente descontado en los mercados, dado el moderado crecimiento salarial, la disminución de los precios de la energía, un euro fuerte y un tibio crecimiento económico, todos ellos factores que apuntan en la dirección de una disminución de la inflación.
El dato que ayer se publicaba sobre la evolución de los precios el pasado mes de mayo en la zona euro lo ha confirmado. La inflación cayó por debajo del objetivo del banco central debido a unos costes de los servicios sorprendentemente benignos, apoyando las expectativas de una mayor flexibilización de la política monetaria pese a que las tensiones comerciales globales alimentan las presiones sobre los precios a largo plazo. El IPC se desaceleró al 1,9% desde el 2,2% del mes anterior. La inflación subyacente descendió al 2,3% desde el 2,7%, impulsada por una desaceleración en el aumento de los precios de los servicios al 3,2% desde el 4,0%. Dada la perspectiva desinflacionaria, especialmente en este último sector, la reducción de tipos del BCE mañana parece una apuesta fácil, con una rebaja de 25 pb hasta el 2%. Una parte del mercado espera un recorte más este año, posiblemente en otoño. Sin embargo, también prevé una probabilidad de aproximadamente el 30 % de un nuevo recorte posterior, lo que dejaría el tipo de interés de depósito en el 1,5 %.
Mientras tanto, según un borrador de carta de la oficina del Representante Comercial estadounidense, ante la inminente fecha límite del 8 de julio para la imposición de aranceles, EE.UU. está presionando a los países para que presenten hoy su mejor oferta en las negociaciones comerciales.