Los giro del gobierno de Estados Unidos hacia un tono más conciliador con China devolvió ayer la calma a los mercados tras el sobresalto del viernes, cuando las amenazas de aranceles del 100% a las importaciones chinas provocaron una oleada de ventas globales.
La confirmación de contactos bilaterales reactivaron las expectativas de distensión comercial, impulsando a las bolsas y fortaleciendo al dólar. Las exportaciones chinas crecieron un 8,3% interanual, aunque los analistas advirtieron que una nueva escalada podría truncar la recuperación del comercio mundial. Las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, que comienzan esta semana en Washington, estarán marcadas por este clima de incertidumbre. Mientras el FMI mantiene su previsión de crecimiento global en el 3 % para 2025, los datos muestran que los aranceles estadounidenses están elevando los costes internos y que la propia economía norteamericana absorbe gran parte del impacto mediante el encarecimiento de las importaciones. El cierre del Gobierno, que cumple trece días, agrava la tensión al retrasar pagos y afectar a la actividad federal.
En Europa, la presidencia francesa intenta recomponer su gabinete bajo una creciente presión presupuestaria, mientras el Banco de Inglaterra prevé nuevos recortes de tipos con una inflación aún elevada, del 3,8%.