El sector inmobiliario y la nueva burbuja: el alquiler

Muchos expertos dicen que vuelve a ser un buen momento para comprar casa, para comprar una vivienda que habitar, pero también para hacerlo como una inversión a largo plazo y más en ciudades grandes que no paran de crecer y de transformarse. Es este último perfil el que suele buscar un asesor inmobiliario en Madrid para que el ayude a encontrar el inmueble que más se adapte a sus necesidades y objetivos.

De hecho, Madrid sigue creciendo mucho en el ámbito inmobiliario, también lo hace Barcelona, pero los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) son previos al 1 de octubre, por lo que habría que esperar para saber realmente el alcance que ha tenido el procès y la incertidumbre política en el sector inmobiliario en Cataluña y si es que lo ha tenido.

Lo que está claro es que tras el estallido de la burbuja que se originó y lo que para muchos fue la antesala de la crisis, el precio de la vivienda ya ha subido un 6,7% este tercer trimestre con respecto al mismo periodo de 2016, han crecido el número de hipotecas firmadas y, sobre todo, ha crecido la confianza del comprador, más optimista que hace 7 años, animándose por las nuevas construcciones. De hecho, ya hay una oferta interesants de pisos de obra nueva en Madrid.

Pero de lo que mucho se está hablando en la actualidad es del precio del alquiler que también ha subido mucho en los últimos años, sobre todo, también, en las grandes ciudades. Madrid y Barcelona siguen dominando el mercado, acompañadas por otras ciudades como Palma de Mallorca.

Hay un poco de todo detrás del aumento del precio del alquiler y la aparición de los apartamentos turísticos también influye y parece ser una de las causas en ciudades como Palma de Mallorca.

Lo cierto es que lo que antes costaba 900 euros, ahora cuesta 1.200 €. La cosa puede ser peor dependiendo de las zonas. En Madrid, en Lavapiés un estudio diáfano, es decir, sin ninguna habitación excepto el baño, puede llegar a costar los 800€ al mes. Y se paga. En el momento en el que se aceptan esos precios totalmente lejanos a la realidad y al valor real del inmueble, a veces carcomido por el tiempo, se está entrando en el juego y alimentando una burbuja, una nueva burbuja, que cada vez se va haciendo más grande.

Tras la crisis, muchos dejaron de comprar y prefirieron decantarse por vivir en alquiler, otros prefirieron esperar a vender hasta que las aguas volviesen a su cauce y otros pensaron que podían sacar una rentabilidad mayor a su vivienda si la alquilaban por días a turistas independientes que venían de visita a la ciudad.

Y fue así cómo empezaron a relacionarse los unos con los otros, de una forma desordenada y sin ningún árbitro que les ayudase a organizarse bien. Por fortuna, parece, este trimestre los alquileres ya no han aumentado de precio en la Comunidad de Madrid lo que oxigena a los inquilinos y tranquiliza también a los propietarios, porque la inestabilidad del mercado no viene bien a ninguno de los dos actores. La intención de regular, por otro lado, los apartamentos turísticos, provocará que la situación se normalice, posiblemente, a lo largo de los dos próximos años.