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Privacidad y rastreos COVID

Seguimiento Covid-19
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Seguimiento Covid-19
viernes 21 de mayo de 2021, 12:36h

La seguridad y la libertad son dos principios —en determinados contextos opuestos o enfrentados— que se ven obligados a coexistir y convivir a pesar de sus frecuentes choques. La pandemia de COVID ha creado una situación en la que las vicisitudes entre estos dos derechos han alcanzado unas proporciones más que notables.

Una de las principales soluciones que se han venido planteando desde el inicio de la pandemia para controlar las curvas de contagios han tenido que ver con aplicaciones informáticas y otros sistemas de seguimiento digitalizados dirigidos a identificar a las personas contagiadas y sus contactos cercanos para evitar que éstos propaguen la enfermedad.

Estos sistemas de rastreo han tenido unos resultados bastante efectivos a la hora de atajar ese objetivo, el de detener la expansión del virus. Buena prueba de ello son los datos que han mostrado países como Corea del Sur, Singapur o China cuando han empezado a implantar de manera generalizada y obligatoria estos sistemas.

Pero claro, no todo es la seguridad. La libertad también es un principio fundamental que debe defenderse y que cuenta con una preeminencia igual o superior en los sistemas jurídicos de las democracias liberales. Esto explica que las actuaciones llevadas a cabo por estos países del este y sudeste asiático (y que también se ha puesto en práctica en otros lugares del mundo), no haya tenido buena acogida, ni tanta aceptación, ni en el continente europeo en general, ni en nuestro país en particular.
Los usuarios no han acogido estas aplicaciones de forma mayoritaria, principalmente por las implicaciones que estas aplicaciones tienen para la privacidad y la seguridad de los usuarios y los posibles rastreos. Aquellos usuarios que si han adoptado las aplicaciones lo han hecho de forma parcial (desconectando la aplicación en muchas circunstancias) o se han guardado mucho de mejorar su seguridad, por ejemplo, mediante el uso de VPNs, antes de utilizar la aplicación.

En España (y en la cultura occidental en conjunto), el derecho a la libertad cuenta con una protección jurídica especial que provoca que solo pueda restringirse o limitarse en casos de extrema necesidad, para propósitos muy específicos y durante un tiempo limitado. Pero no solo eso, la presión social por defender este derecho ha obligado a las autoridades a optar por técnicas intermedias y establecer medidas de protección de datos muy estrictas que aseguren el anonimato de las personas que utilicen las aplicaciones de rastreo Covid, y que su uso es exclusivamente para cuestiones relacionadas con esta problemática.

Los riesgos de no hacerlo así, según se desprende de varios sectores críticos con estas medidas de seguimiento poblacional, sobrepasaba los beneficios en términos de control de la pandemia (especialmente a largo plazo). Y es que la defensa del derecho a la libertad se plantea como uno de los principales pilares de cualquier sistema democrático que goce de buena salud. Y las medidas que limiten de una o de otra forma esa libertad, deben ajustarse proporcionalmente a el riesgo que conlleva la vulneración del principio.

Aun reconociendo el peso y la importancia de la tecnología y de estos sistemas de rastreo para la gestión de la pandemia de Covid, hay que destacar la importancia de apuntalar la regulación relativa a la materia de la protección de datos y la defensa de la libertad y la privacidad en el entorno digital ya que es más que probable que se trate de una cuestión que traerá cola y que volverá a aparecer en los años por venir.

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