Un nuevo y más que esperado espectáculo del Circo del Sol (Cirque du Soleil), visita otra vez Madrid. Lo hace en la gran carpa (2 600 personas de capacidad), situada justo al lado de la Avenida de Portugal, metro Puerta del Ángel, en medio de la Casa de Campo con ‘Luzia’. Espectadores de toda edad y condición llenaban la función de las 16:30h. del domingo pasado y, a juzgar por el movimiento de público que ya rondaba la gran carpa a la salida de la hermosa propuesta que brinda ‘Luzia’, otro tanto pasaría en la segunda función de la jornada.
No me extraña nada porque el espectáculo circense que brinda el Circo del Sol en ’Luzia’ es de primera calidad y deja boquiabiertos a los más exigentes espectadores al fundir con precisión milimétrica y una plástica bellísima los espectaculares, fascinantes, casi imposibles números de circo más sorprendentes y emocionantes con un rosario de nuevas tecnologías en su ayuda, a través de una luz y de un sonido cautivantes. En conjunto, el espectáculo de la compañía canadiense que vuelve a recorrer el mundo es de una espectacularidad y brillantez que alcanza la excelencia.
‘Luzia’, fusión de las palabras “luz” y “lluvia”, rebosa expectación, risas, corazones y aplausos acompasados durante algo más de dos horas del mejor de los espectáculos de circo que imaginar se pueda, que aún resplandece y suena mucho mejor tras estos dos extraños años que hemos vivido con la pandemia resoplando a escasos centímetros de nuestras nucas.
La concepción inicial de la fiesta de ‘Luzia’ podría haber sido cualquier motivo español, brasileño, australiano o dominicano –pongamos por caso-, pero no, esta vez la propuesta del Circo del Sol se ha quedado en México con ‘Luzía’ y es toda una explosión de alegría, de música y de circo. En una palabra, todas las ganas de vivir condensadas en los mil y un sonidos y colores surgidos de la naturaleza, el calor, la cultura ancestral y las tradiciones de México.
Agua, lluvia real y hasta evocadores lagos que albergan animales ficticios se mezclan potentes y orgullosos de servir de fondo a varios de los números que contiene ‘Luzia’, y que van desde el payaso Erik Koller, que arranca fácilmente la risa de los espectadores sin pronunciar una sola palabra, y hace divertidísimas las transiciones entre número y número. O los malabares imposibles de Cyril Pytlak. O el bellísimo espectáculo de correas aéreas de Jérome Sordillon. Y no digamos nada del número de contorsionismo de Aleksei Golobordoko. Una espectadora salía de la carpa diciendo que “¡aún me duele la cintura de ver la infinita elasticidad de este hombre!”. Y, entre otros sorprendentes números, impresionante también la fiesta final de los columpios rusos, con un balanceo de 360 grados y un vuelo que perfectamente puede alcanzar un sexto o séptimo piso. Y todo ello aderezado con músicos de factura ejemplar y una voz celestial, la de la mejicana Majo Cornejo.
La propuesta que marca la vuelta alrededor del mundo de este nuevo espectáculo del Circo del Sol es, en síntesis, una verdadera maravilla, tanto desde el punto de vista circense como del verdadero abanico de medios desplegados en su apoyo: luz, sonido, vestuario, técnica… Incluida una piscina de 3 500 litros de agua localizada debajo del escenario con la que se crea una cortina de lluvia mágica que hace especialmente inolvidables las distintas disciplinas circenses congregadas en ‘Luzia’.
Nadie debiera dejar de acudir, al menos una vez en su vida, a cualquier espectáculo del Circo del Sol. Y seguro que, si empieza con ‘Luzia’, va a repetir más de una vez. Hasta el momento, la compañía canadiense afincada en Montreal, ha asombrado a más de 200 millones de espectadores en más de 450 ciudades en más de 60 países de todos los continentes. ¡Imprescindible!
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