Los sectores progresistas y feministas estallan ante los pasos atrás que está dando el país norteamericano en lo referente al aborto: el estado de Oklahoma acaba de aprobar este jueves una ley que prohibirá el aborto desde el momento de la fertilización.
Esta noticia se produce en plena polémica por el informe filtrado de una próxima sentencia de la Corte Suprema de EEUU que revocará el derecho a nivel federal.
Oklahoma tendrá así la ley contra el aborto más restrictiva del país, poco después de que Texas lanzara otra también muy estricta, que apenas da plazo para interrumpir el embarazo a las mujeres.
En el caso de Oklahoma, se prohíbe cualquier aborto decidido por la mujer desde que ya sabe que está embarazada. Sólo se abre la vía de la interrupción legal en caso del peligro para la vida de la madre o para embarazos fruto de violaciones o incestos.
Pero hay más: esta normativa además alentará a los ciudadanos a denunciar a empresas o personas que asistan a una mujer para que ésta aborte.
Esta nueva ley de Oklahoma en realidad es una reforma aún más regresiva de la que ya tenía en vigor, que sólo permitía interrupciones antes de las primeras 6 semanas de embarazo.
Cambios a nivel nacional
Este caso de Oklahoma es sólo el primer caso de estados gobernados por mandatarios republicanos (conservadores) que reformarán o endurecerán sus leyes una vez que el Tribunal Supremo les dé el paraguas legal para que no haya un derecho federal al aborto. Cada estado podrá legislar en función de sus mayorías políticas y, por tanto, según la ideología mayoritaria.
El presidente del pais, Joe Biden, intentó desde el Senado aprobar una ley urgente para blindarse ante el esperado fallo de la Corte Suprema, impulsando este derecho al aborto a nivel federal, pero no consiguió la mayoría de senadores para sacarla adelante.
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