Feria de Albacete: Juan Leal impone la ley del valor y corta tres orejas

Leal se olvidó del toreo fundamental con el capote, la verónica, para mostrar la moneda que le caracteriza: la quietud. Así, con los pies atornillados a la arena recibió a su primero, con dos auténticas navajas albaceteñas por pitones, largándole varias tafalleras para volver a echarle valor en un ajustado quite por gaoneras siendo volteado de manera tan espectacular, con los pitones por el pecho, que nadie se explica cómo salió ileso. No se arredró y volvió a echar la moneda al aire, otra vez con las zapatillas clavadas, ahora en el centro del platillo donde aguantó varios pases cambiados y un circular eterno.

Después embebió la codicia del animal en varias series de redondos mandones y de mano baja, algunos desmayados y a cámara lenta, aunque con el ventajista compás demasiado abierto. Ya con el cotarro entregado a tal derroche de testosterona, y viendo que por la izquierda el bicornazo no respondía, echó mano de los efectistas circulares por la espalda, el péndulo y los desplantes. Eso sí, todo ello engorrinado finalmente por un bajonazo, que no fue óbice ni cortapisa para que la presidenta le otorgara dos orejas, la segunda cómo óbolo ferial.

De similar guisa obró en el quinto, esta vez todavía con menor erticalidad y calibre artístico salvo una tanda de naturales con la pañosa a rastras obligando mucho al morlaco y concluyendo con nuevos encimismos con los pitones rozándole la taleguilla. Y volviendo a ser prendido de manera tremebunda en el primer intento de estocada, al que siguieron dos más con el público en pie a gritos de ¡torero, torero! Y echando otro trofeo en el esportón.

Y casi se acabó lo noticioso de la corrida. Sí, porque lo que más llamó la atención de Ferrera fue su horroroso capote-cortina verde y algún muletazo suelto al que abrió función tan blando que llegó casi cadáver a la flámula. Luego no se empleó con el otro, con fijeza a de salida pero después reservón.

Mientras que Lorenzo anduvo a disgusto con el primero de su lote, que quería comerse el trapo y merecía otra cosa que un muleteo desligado, ventajista y gris. El toledano, siempre muy frío, tampoco mejoró mucho con el último. La emoción, el valor, la profesionalidad y responsabilidad y el triunfo - estadísticas al margen- fue de Leal. Como la tarde.

FICHA

Toros de FUENTE YMBRO, de excelente presentación; todos astifinos con 2º, 4º, 5º y 6º descarados de pitones. Flojos y manejables en diferente gradación. ANTONIO FERRERA: ovación; silencio con algunos pitos. JUAN LEAL: dos orejas; oreja tras aviso. Salió a hombros. ÁLVARO LORENZO: silencio; ovación. palmas. Plaza de Albacete, 10 de septiembre. 3ª de Feria. Dos tercios de entrada.