Algo más porque lo que hay que ver no es sólo que
Dolores de Cospedal continúa como secretaria general del PP. Lo que la madrileña, presidenta de Castilla-La Mancha, ha conseguido en este fin de semana en Sevilla es también apartar cualquier competencia en la cúpula del partido. Para ello, algunos hablan de cerrazón a cualquier presencia de ministros en la cúpula. Así,
Mariano Rajoy se queda como máximo dirigente pero con toda la atención, como es lógica, puesta en su carrera presidencial, como ya le ocurrió a
Zapatero o a
Aznar en PSOE y el propio PP en las anteriores legislaturas. El socialista dejó toda la responsabilidad a José Blanco, luego recompensado con un ministerio, y el popular hizo lo propio con Rajoy, cuando además le designó sucesor.
Ahora son otros tiempos y una especulación que circula es que Cospedal podría ser la persona de confianza de Rajoy para optar a una sucesión, ejemplos que hemos visto en el PSOE con
Carme Chacón, cuando Zapatero promocionó a la catalana con ministerios y, posteriormente, con movimientos dentro del partido.
La gran ausente ha sido, sin embargo,
Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada en este plano junto a
Alberto Ruiz-Gallardón. Ambos sonaban como posibles altos dirigentes del partido, pero se tendrán que contentar con presencia en la Ejecutiva como vocales. Gallardón repite, Soraya debuta. Un premio y un reconocimiento a su labor durante estos años de oposición, que terminaron en el puesto más elevado para Rajoy: vicepresidenta y portavoz del Gobierno.
En cuanto al resto de ministros, todos tendrán que contentarse con esa presencia como vocales:
Cristóbal Montoro, Ana Mato, Miguel Arias Cañete y
Fátima Báñez. Todos son hombres y mujeres de máxima confianza de Mariano Rajoy, pero mantendrán todas las fuerzas volcadas en la labor de gobierno.
La única ministra en la anterior cúpula era Ana Mato, pero ha renunciado para dedicarse en pleno a su ministerio de Sanidad y Consumo. Ahora, los 3 vicesecretarios que se sitúan por debajo de Cospedal serán
Javier Arenas (Vicesecretario de Política Autonómica y Local y con casi toda seguridad, próximo presidente de Andalucía en marzo),
Carlos Floriano (Vicesecretario de Organización y Electoral) y
Esteban González Pons (Vicesecretario de Estudios y Programas). El hecho de que Pons pasase a esa vicesecretaría de Estudios y Programas y que fuera relevado por Floriano se ha analizado y valorado como una pérdida evidente de poder.
Así, el PP valenciano está algo molesto, apuntan fuentes a Diariocrítico, con el reparto de poder. Solamente Pons aguanta, y la presencia de miembros de esta sección regional del partido en la Ejecutiva Nacional es casi nula. Se esperaba algún premio para
Francisco Camps, ahora absuelto por la Justicia, pero Rajoy no ha querido problemas de imagen. Tampoco ha tenido 'premio'
Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia, quien encabezaría, comenta por su parte el diario 'El Mundo', una rebelión contra Rajoy para que se desbanque a Alberto Fabra como líder del PP de Valencia.
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