El coronavirus ya tiene nombre. La OMS lo ha bautizado como 'COVID-19' al tiempo que anuncia que la primera vacuna contra este virus estaría disponible en 18 meses. Al mismo tiempo, desde China lanzan noticias que inviten a la calma. Ayer, el principal asesor médico sobre la epidemia dijo que la cantidad de casos nuevos se estaba reduciendo en algunos lugares y que tiene la esperanza de que el brote alcance su punto máximo este mes, por lo que en adelante se produciría una estabilización. Los mercados incorporaban estas declaraciones en sus expectativas con nuevos avances en el dólar y con las acciones europeas alcanzando máximos históricos.
Hoy por hoy, es difícil encontrar una referencia macro o la declaración de algún dirigente económico que no haga referencia al COVID-19. Ayer, era mencionado por el presidente de la FED en su comparecencia ante el Congreso, donde se mostró bastante optimista sobre el panorama económico de EE.UU., pero citó la amenaza del coronavirus en China. También lo hacía el Banco Mundial, cuyo presidente declaraba que el banco está ofreciendo asistencia técnica a China para ayudar a combatir la epidemia, pero no se está considerando ninguna ayuda financiera porque China tiene recursos propios suficientes. Mientras, las empresas chinas retoman lentamente su actividad. Cientos de negocios ya han dicho que precisaran de créditos de miles de millones de dólares para mantenerse a flote.